Ya no recuerdo con claridad, pero cuando fuimos con
Los Capoteños en 2004 al Encuentro Nacional de Mariachis Tradicionales ya
conocíamos a Soneros de México, de Guadalajara, y al maestro Humberto Gaspar,
de Colima, quienes participaron en el 1er Festival Cultural de la Tierra
Caliente que organizamos en 2003 en diciembre. A partir de entonces, algunos
miembros iniciales de Soneros, constituyeron otros grupos, algunos de los
cuales son activos participantes en el actual encuentro, y a través de sus
talleres han llegado jóvenes, y no tan jóvenes, para tocar, pero también, son
motores de algunos Encuentros Regionales en Jalisco, como Mascota y Chapala. La
tesis de Yuliana Ibarra trae un “árbol genealógico” de esas agrupaciones y que
es muy interesante, pues se emparenta con otros grupos de folcloristas en la
ciudad de México y seguramente de Veracruz (Ibarra García, Yuliana Guadalupe,
Los Mariachis Autodenominados Tradicionales de la Zona Metropolitana de Guadalajara,
Jalisco, Guadalajara, U de G, 2017). Esa fue la primera vez que en el ENMT
reaparecía el baile, pues David Durán invitó a Rocío Murillo, hija de don
Vicente, a bailar en la tabla mientras tocaban Los Capoteños; además de su
trayectoria, de su habilidad musical y simpatía, llevaron bailadores que sabían
todos los géneros musicales que tocaban, por tal motivo, ése año fueron
acreedores a la Presea “Cirilo Marmolejo”, en reconocimiento a su trabajo
(aunque ellos continúan creyendo que fue un concurso y se llevaron el “primer
lugar”), sería bueno aclarar a los participantes esto, pues muchos no entienden
¡Qué hacen los jueces? Aunque se trata de un Comité Dictaminador, ni tampoco se
publican los criterios para hacerse acreedor a ninguna de las preseas, por lo
cual, siempre hay suspicacia sobre los resultados de la “elección”. En ése
momento ningún grupo traía a parejas de bailadores y menos una tabla. La ida de
los Soneros a la Tierra Caliente, les abrió la perspectiva, pues de primera
vista tocaron y platicaron con músicos y bailadores tradicionales en espacios
que si bien no eran “tradicionales”, se aproximaban a muchas de las prácticas
realizadas en los fandangos del Balsas. Este es el origen de algunas de las
“tarimas” que aparecieron con posterioridad y que, de nuevo, han ido
desapareciendo; así como una clasificación local: “mariachi tradicional de
tarima”, para separarse de: “los mariachis modernos” y “los mariachis de
folcloristas” que traen bailadores, pero no tarima y hacen coreografías en el
templete o en el suelo.
A partir del siguiente año (2004) comenzamos a ir
regularmente, a veces acompañando un grupo de música tradicional, otras como
grupo folclorista con un repertorio de música tradicional, como: “Los
Jilguerillos”, “Los Chaneques” y antes como “Los Zorreros”, aunque otros
miembros de la recién formada: Música y Baile Tradicional A. C., cuya historia
narra Alejandro Martínez de la Rosa en un interesante artículo (http://www.ejournal.unam.mx/rxm/vol06-02/RXM006000209.pdf),
iban con otros grupos, por ejemplo, Las Caneleras, Fandagueros o Los
Agraristas, de la ciudad de México. La mayoría de los participantes eran grupos
de mariachi con trompetas (al que llaman “moderno”) que iban sin el
instrumento, pero que en los “fandangos” sacaban la trompeta. No había
“fandangos” pues aparecían en los programas como “JAM sesion”, porque los
organizadores no conocían el concepto fandango, ni habían presenciado alguno.
La verdad, aunque nos gustaba reencontrarnos con los amigos de Guadalajara, las
fiestas eran un relajo, todavía heredado de cuando el ENMT se hacía junto con
el Encuentro Internacional del Mariachi, pues todos se sabían los repertorios
del mariachi de masas (El Camino Real de Colima, El Gavilancillo, La Bikina y
otros hits del Vargas) y los tocaban rápido, en una competencia de rpm.
Algunos, con mejor memoria recordarán, qué lo mejor era salir de los cuartos de
hotel ya más noche, hasta que, cansados los mariachis, dejaran tocar a los
mariaches de folcloristas, donde se estableció el “acuerdo” de tocar una e ir
rotando, pero siempre la tambora rompía y rompe el acuerdo (tal vez el profe
Javier no quiere desvelarse), lo cual además del enojo, obligaba a los pocos
músicos tradicionales a irse a dormir, porque no podían bailar a la velocidad
de ejecución y sus redobles no se escuchaban por la tambora; ello terminó
cuando, debido a la cantidad se armaron simultáneamente tres y hasta cuatro
bolas de músicos y bailadores, los mirones íbamos de un lado a otro a ver y a
beber.
En 2005, MBTAC tuvimos el primer "Campamento
de Verano: Música para Guachitos", que después se volvió para Guachit@s,
porque las niñas aparecieron no sólo como bailadoras y nuestras compañeras:
Yasbil Mendoza, Flor Dalia Yunuén Barajas, Laura Gil (que está inventariada en
MBTAC), Elizabeth Avendaño Sayagua, Ana Margarita Alanís Rueda, Violeta Jarero
(que nos abandonó para jarochear en la France), insistían e insisten en la
importancia de que se equilibre el fandango, porque así era en el pasado y
porque es atractivo para los que inician encontrar espacios de socialización
con el género opuesto. Esos talleres fueron pioneros y antecedieron a los que
impulsó el Programa de Desarrollo Cultural de la Tierra Caliente, de CONACULTA,
creado en 2003, que iniciaron en 2008. Aquí habrá que decir que en 2003
conocimos a Amparo Sevilla y nos reencontramos con Ana Zarina Palafox; Amparo
como directora de Diversidad Cultural de CONACULTA, con quien hemos coincidido
en la observación de los procesos de patrimonialización, y en cierto
microfandango en que Arturo Chamorro percutió en un jarrón y Amparo bailó en
plena sala de cabildo en Apatzingán, una noche de octubre después de uno de los
Concursos de Arpa Grande; y con Ana como encargada de gestar el PDCTC, pues
años antes había generado el Festival “Dos Tradiciones”, en los valles de la
Tierra Caliente del Balsas, en su porción guerrerense y se había topado con lo
difíciles que somos los terracalenteños, por no decir, pinches necios. Aunque
con reticencias nuestras, por su papel de funcionaria, Ana siempre ha sido
solidaria con la asociación MBTAC y ha apoyado para que regrese la
improvisación lírica a la región, así como que se equilibre la participación de
los géneros en las Artes Tradicionales, y junto con Gustavo García Robles nos
ha ayudado a que regrese el jarabe con su parte improvisatoria en la lírica y
seguramente se pondrá las pilas ahora que el año que entra le entremos a La
Valona.
Entre los miembros de nuestra asociación se
encuentra Ma. de Los Ángeles Rubio Tapia, profesora de educación inicial y
entusiasta investigadora, promotora, difusora y docente de las formas del
“baile de golpe” en la sierra y la costa, tanto del lado de Michoacán, en
Arteaga, como en Guerrero, en Coahuayutla. Ella llevó a los minueteros,
Senectud de Arteaga, y sus danzas, que me parecía debieron recibir la presea
“Cirilo Marmolejo”, pues son un evidente muestra de que el mariachi tiene también
una parte ritual; sin embargo, fue otorgada en 2007 al Conjunto de Arpa Nuevo
Carrizal de Arteaga, que ella promovió hasta la desaparición física de mi
maestro don José García Abarca.
En 2011 Saya, Flor y Patricia Morales abrieron “El
Huerto”, La Casa de la Tierra Caliente en Morelia, en la calle Corregidora,
casi contra esquina de la pila del Santo Niño. Se inauguró con un fandangazo
con Los Capoteños y caballos bailadores, cerramos las calles y como registro
quedaron unas excelentes fotos de Antonio Castro. Allá llegó Pedro Gómez
Ibarra, nieto de don Miguel Ibarra, tío abuelo de don Serafín Ibarra. Aunque
nació moreliano creció en Chicago y vive en San Diego de ser “charro”, mariachi
“moderno”. Aunque coincidimos en las primeras idas a Guadalajara, no platicamos
nunca, fue en El Huerto que Pedro comenzó a colaborar con nosotros (y nosotros
con él). Siempre apoya con su presencia y con recursos económicos al Campamento
de Verano y otras actividades que realizamos; y pone orden entre la
chiquillada; a partir del 2016 su hija Evelyn Gómez se inició en la forevereada
con grandes maestras. Sus tíos, preservadores de las formas tradicionales del
son, el gusto y sobre todo, el jarabe de Los Balcones; estuvieron en alguna
ocasión en El Huerto y también en Guadalajara, en el ENMT, otro de los grupos
que debieron ser reconocidos con la “Cirilo Marmolejo”. Pedro se enfrasca en
aguerridas conversaciones telefónicas o vía Facebook sobre la tradición y
defiende posturas que no siempre son las mías; tenemos encuentros y
desencuentros pero siempre terminamos cediendo un poco, porque siendo parte de
una familia de músicos tradicionales que toca en un mariachi moderno, su visión
no siempre es la del folclorista.
Aunque invitamos a los grupos resultantes de los
Soneros a los campamentos no todos llegaron, la doctora Tere Villalobos y don
Elías nos acompañaron en alguno, en 2011 formó Son del Coamil, que se volvió A.
C. Gerardo Lerma y Gabriel Illezcas fueron a un par de eventos; pero
continuamente nos los encontramos en El Herradero Calentano en Arcelia, Gro.,
Son para Milo (los que van, yo no he ido), y claro el ENMT, ahí nos ponemos al
tanto de las acciones que emprendemos. Los Choznos (formado en 2010) iniciaron
talleres libres en diferentes plazas, parque y casas de Guadalajara; ellos
vieron la centralidad de la tabla y fueron uno de los primeros grupos de
Guadalajara en incluir el baile, con todo y tabla, aunque ya no con la fuerza
del principio; Wendy Barja pasó del son jarocho, Abraham Aldana y Pamela
Sandoval del ballet folclórico y Virginia no sé de donde, pero pronto Los
Choznos fueron un referente en el concepto (aunque algunos se quejaran del
“nivel musical”, que cada vez es más alto, si a destreza se refieren).
A partir del 2009 (en que regresó el Coloquio de
Investigación sobre El Mariachi, auspiciado por El Colegio de Jalisco y la SCJ
en el marco del ENMT), no he faltado a una emisión, llevando ponencia, tocando
con algún grupo o sólo en los “fandangos”. En 2011, recibió don Vicente
Murillo, la presea Mariachi, por su trayectoria, lo cual fue, de nuevo un gusto
para MBTAC, que fue el grupo que gestionó su viaje al ENMT y con quien se
trabajó estrechamente, pues se les produjo al grupo 2 CD y se les promocionó
ante la Secretaría de Cultura de Michoacán, que los llevó a varios eventos
nacionales.
Aunque antes colaboraba de manera esporádica, a
partir del 2016, don Serafín Ibarra Cortés, excelente violinista de San Diego
Curucupatzeo, en Los Balcones de Tierra Caliente, nos acompaña a los
Campamentos de Verano “Música para Guachit@s”, cuando se realizó en Yoricostio,
municipio de Tacámbaro. Es por eso que nos emocionó que le otorgaran la presea
“Gerónimo Méndez”, en el marco del ENMT 2019.
El año pasado, en 2018, nuestra asociación, o grupo
de amigos “legalmente constituidos”, recibió dos preseas, primero, la de
"Alas y Raíces", otorgada al grupo “Son de Los Balcones”, dirigida
por Ulises Salazar Rosales, un “guachito” que participó junto con su grupo
escolar en el Campamento de Puruarán, y que está próximo a Licenciarse en
Música Michoacana en la UIIM, con un trabajo sobre el Jarabe. La otra la recibí
yo por los “aportes a la investigación sobre el mariachi”, aportes que no son
individuales, pues primero, David Durán siempre me ha presentado a los músicos,
bailadores y bailadores con l@s que he trabajado, segundo, porque la necesidad
de aportar algo en retribución a la gente que me ayuda a investiga,r me ha
llevado a proponer acciones y reflexionar sobre ellas, producto de ambas es que
se construyeron artículos y libros, que dieron como resultado la presea
“Vicente T. Mendoza”.
Ya es evidente que hay grupos de niños y jóvenes
tocando los repertorios del mariache y del mariachi, pero nos siguen faltando
promotores e investigadores jóvenes. Música y Baile Tradicional A. C. implementó
un Diplomado para la Gestión de las Artes Tradicionales en 2017, los 8
asistentes ya tenían una formación musical, de investigación y de gestión,
todos y todas eran músicos y bailadores, Julián Alacrón tenía un libro
publicado sobre soneros jarochos; Josue Pizar Trejo, estudia gestión cultural
en la UAEM, y junto con Alan Pillado participan con El Dichoso Lugar A. C., de
Yautepec, Morelos; Zyanzya Analco y Juan Carlos Isauro desarrollan el Encuentro
de Músicas Tradicionales “Vida y Son” en Tixtla, Guerrero; Arely Liliana
Padilla García y Ulises Salazar, tienen ahora su A. C. “Gusto por el Son”, en
Tacámbaro y han recibido varios pacmyci. Aunque fue un “éxito” no lo hemos
podido volver a dar por la falta de apoyos económicos, aunque ahora tenemos un
espacio físico propio: Centro Cultural “Los Ciruelos”, en San Pedro Ixtapan
Copuyo, municipio de Tzitzio.
Música y Baile Tradicional A. C. ahora impulsa que
jóvenes de preparatoria y secundaria se inicien en la investigación, que
tesistas como José Ignacio Maldonado, se involucren con las acciones de
difusión y promoción de las Artes Tradicionales. Este año Ray lj y Yael
Martínez, quienes han participado en dos y tres campamentos, fueron por primera
vez a Guadalajara y lo primero que vieron fueron dos recreaciones muy muy
libres de lo que sería la música tradicional y a un grupo tradicional haciendo
malabares; sin embargo, junto con Erick Bryan Martines Arteaga los inclinaremos
para que hagan investigación de las Artes Tradicionales. Es el momento de crear
campamentos para jóvenes promotores e investigadores, señores de la CONASAM y
del Programa de Desarrollo Cultural de la Tierra Caliente, si no lo desaparece
Mardonio Carballo y hecha al traste 16 años de magros apoyos, pero apoyos a las
actividades culturales en la Tierra Caliente, que tiene algunos de los
municipios más pobres y violentos del país, (aunque en el imaginario de
Carballo “sólo los indígenas son pobres”).
Este recuento breve es sólo para recordar que
Música y Baile Tradicional A. C., recipientaria de la presea “Francisco Sánchez
Flores” 2019, por su labor en pos de la difusión y enseñanza de las artes
tradicionales a las nuevas generaciones, labor de 15 años formales de
constitución, y otros 5 informales; pero también, porque, de alguna manera,
hemos incidido con nuestras acciones para que otras 8 preseas en los cinco
rubros que otorga la Secretaría de Cultura de Jalisco en el marco del ENMT
fueran otorgadas a músicos, bailadores y bailadoras, formadoras y educadores,
preservadores de las Artes Tradicionales de la Tierra Caliente, amig@s tod@s.
Estos son los “encuentros”, los “desencuentros” son
más, algunos nos llevan a decir año con año, “éste año es el último”, “ya no
volvemos el que entra”, y son cuestiones que no exhibiré a detalle, pero que
tienen que ver con que, la mayoría de los investigadores y músicos folcloristas
no han estado en espacios festivos comunitarios y que, por tanto, no entienden
el carácter colectivo de la práctica del mariachi, que se refiere más a la
fiesta que al “conjunto instrumental” o al repertorio, de tal manera que se
puede ser tradicional tocando una cumbia y “moderno” tocando un repertorio
tradicional.
Aunque insistimos en que lo que ocurre en el
encuentro no son JAM Sesions, pero tampoco son “fandangos”, y que si lo fueran
deberían llamarse “mariache”, que justo es el sentido de la palabra, centrada
en la fiesta y la tabla; por eso, los análisis de lo ocurrido en las fiestas de
los mariachis asistentes al ENMT, son fácilmente cuestionables, porque no hay
un análisis ético del término.
El evidente desconocimiento de los miembros de las
Comisiones pasadas, encargadas de otorgar la presea “Cirilo Marmolejo”, quienes
avalaron 4 reconocimientos a la misma familia. Ello demuestra que se necesitan
otros criterios para otorgar la presea, más por tradición y menos por grupo;
pero de nuevo, no se conocen los contextos comunitarios y se juzga con
criterios individualistas y urbanos.
El ENMT es “encuentro” sólo de nombre, es más un
festival que quiere promocionar “acciones” de política pública, por ello, si no
tocas en todos los eventos sugeridos, te hacen caras o te piden “amablemente”
que te retires. Es una inversión en dinero que privilegia a lo vistoso de fuera
y que no da los alimentos a los grupos locales. Apenas en años recientes se
apoyó con el conocimiento de algunos de los folcloristas de Guadalajara (Víctor
Ávila es quién ha propuesto varias acciones que le cambiaron el rostro al
ENMT); pero durante una década los marginó y excluyó olímpicamente, viéndolos
como “enemigos” en lugar de aprovechar las alianzas y sinergias potenciales.
El ENMT solo tiene de “nacional” el nombre y lo
hace por la asistencia de los grupos de otros estados y de E. U., sin embargo,
estaba tan centralizado que durante una década no salió de la plaza fundadores
(si llevar conciertos a municipios y escuelas de Guadalajara y los municipios
conurbados puede llamarse, descentralizar). Luego de 17 años de insistir, por
fin, hubo “fandangos” y encuentros en espacios del estado de Jalisco y
populares de Guadalajara, pero fueron más como eventos de “promoción” para que
la gente asistiera al ENMT.
Aunque los estados miembros del PDCTC participan
llevando músicos, sus burócratas no son tomados en cuenta, el ENMT es de la SCJ
y no quiere que lo toque ni con el pétalo de un comentario. Me tocó saber de
esos desencuentros e incluso planear un boicot, que no prosperó, porque los
grupos y los burócratas temen todo, unos por su chamba y otros porque se “arman
buenos relajos”.
El ENMT propicia encuentros amistosos y amorosos,
que tire la primera tarjeta llave el que no usó su habitación para armar
microfandangos, beber alcohol, rolar un churrito, tener sexo, o dormir con
otros 16 “invitados” y no invitados. Se agradece que siempre se han hecho de la
vista gorda; pero el objetivo del Encuentro, de propiciar los diálogos entre
músic@s y bailador@s de diferentes tradiciones, regiones culturales y edades no
se da; claro que se comparten espacios en los momentos de ingerir los
alimentos, en el transporte y antes de subir al escenario, pero estos deberían
ser accesorios, sería importante que se alentara de manera institucional a
comunicarse, invitar a los grupos nuevos a integrarse y a los que son
recurrentes a que incluyan a los nuevos; pero ello implica que gente de la URCP
de Jalisco, que siempre son pocos y andan atareados con la logística, lo hagan
o que, INVITEN a los grupos de Guadalajara, como anfitriones, a realizarlo,
pero ello implica, otorgarles alimentos y hospedaje en el hotel y eso es costo,
y no “beneficio”, porque “el público no verá” el resultado de tal inversión,
pero créame señora Secretaria Jaspersen, grupos bien integrados y contentos
tocan mejor, en fin, un desencuentro mas.
Las sesiones de la Asociación Nacional de Mariachis
Tradicionales son como reuniones de una sociedad secreta, y no hemos recibido
desde hace años la invitación cifrada, o no supimos que esa era la invitación.
Las acciones han quedado marginales y aunque Víctor Neri participa activamente
en las sesiones de la CONASAM, ¿Qué pasará cuando en el relevo democrático sea
electo un representante que se aburra con las 6 horas de discusiones
circulares? La Asociación necesita tener varios asientos en la CONASAM y llevar
a ellas propuestas, más ahora que el reconocimiento de la UNESCO quiere que esto
sea “nacional” y no “regional”.
Me van a decir, pero es que ustedes pretenden
“estar en todo”, no es así, nosotros hacemos muchas cosas en un espíritu
colectivo y por ello, “estamos en todo”. Tenemos ideas críticas y claras de
cómo hacer las cosas, no esperamos recursos para hacerlas y no informamos de
ellas porque no son parte de las acciones de la CONASAM, cuando tengamos
recursos del Estado informaremos puntualmente, pero mientras actuemos con
recursos propios y de gestión local, sólo sabrán por estos medios de lo que
hacemos; pero si dudan, “gugleenos”, en un buscador de Internet aparecemos
constantemente, en sitios de videos, como “Jijos del Quiote”, en el Foro de
Artes Tradicionales, etc.
Es lamentable que, aunque todos los años (excepto
éste) se regalan materiales escritos y sonoros producidos por la SCJ, los
principales en conocer son los gestores de la cultura, la gente de Culturas
Populares, los miembros de la CONSAM y los propios investigadores; sin embargo,
no es así. Los criterios de la gestión de la cultura no entiende que esos
“viejitos” son los verdaderos salvaguardas de los patrimonios culturales, que
los grupos de jóvenes y folcloristas son distintos a los grupos de mariachi
profesional de masas, a pesar de que algunos se “autodenominan” (se refieren a
sí mismos como) “tradicionales” (según lo estudió Yuliana Ibarra). Ello genera
que algunos individuos de estos mariachis profesionales de masas estén
encargados de “ensambles musicales” que son innecesarios, pero imprescindibles
para mostrar la “magnitud” del evento en fotografías que son informes de la
política cultural pública y que “universalizan” en afinación, coplas, técnicas
de ejecución, líneas melódicas a tradiciones que justo son lo contrario, ¿Cómo
podría la tradición de Sinahua (Churumuco-La Huacana) tocar en un ensamble?
¿Cómo lo haría la tradición de San Andrés Cohamiata? Esto responde a que en el
discurso es un “encuentro de mariachis tradicionales? Pero en la realidad se
sigue creyendo que el mariachi dirige al mariache, y que se puede lograr una
“unidad” no pedida. En las ocasiones que hemos participado como músicos no
asistimos a los ensayos y si, obligados, estamos en el teatro, hacemos como que
tocamos. Pa’ qué discutir...si hay desencuentro.
Aunque David Durán como presidente de Música y
Baile Tradicional A. C. tuvo un asiento en la CONSAM, un año no fue invitado
mas, argumentando que su periodo había acabado, pero lo curioso es que no había
un reglamento aprobado que regulara el ingreso y permanencia (como apenas habrá
ahora) y hay personas que han estado mas años. Durante casi 5 años solicité un
espacio como “académico” representado a la UMSNH, institución que financia mis
viajes de campo y publica lo que realizo, pero no se dió oportunidad, luego de
casi dos años de haber presentado solicitud y de estar presente en el margen,
se me otorgó la silla; algo semejante sucedió con Carlos Ríos Nañez, de Los
Caporales de Santa Ana Amatlán, músico, formador de niños y jóvenes, y de Juan
Valverde, de Los Tecuexes, de Tepatitlán, recipientarios de la presea “Cirilo
Marmolejo” de 2019, quienes compartieron conmigo la periferia y ahora están
adentro. Es claro que para las autoridades anteriores nuestra presencia era
indeseable, aunque nunca nos callamos y se nos conminó a “hacer nuestro encuentro
en Michoacán”, sugiriendo que “así se hacen las cosas en Jalisco”, entonces y
ahora siempre nos preguntamos ¿Dónde está lo “nacional” del encuentro y su
manejo? ¿Cuánto saben las autoridades y la burocracia cultural sobre los
patrimonios culturales que manejan, gestionan y promueven? ¿Es posible
gestionar sin “conocer” la práctica que se promueve? Música y Baile Tradicional
A. C. cree que no es así, por eso, siempre hay que partir de la investigación
de las artes tradicionales para: enseñarlas y difundirlas, para gestionar
procesos de fortalecimiento, difusión e investigación. Pero no solo “creemos”,
lo hacemos y tenemos evidencia empírica de que es así es, y podemos compartirlo
no sólo en “conferencias” y “diplomados”, sino también en acciones.
Estos desencuentros no son únicamente con la SCJ
sino también con nuestras propias burocracias en la SECUM, cuya respuesta a la
presea ha sido el silencio, probablemente porque no entienden bien a bien qué
se “reconoce” y con “qué merecimientos” se otorga. La desconfianza y el recelo
hacia Música y Baile Tradicional A. C. está en cierta “libreta” que se deja a
las nuevas generaciones de burócratas (cuya existencia mítica se nos ha contado
en la tradición oral), de tal manera que antes de tratar con los miembros de la
asociación, ya hay desconfianza; se alega que David Durán Naquid vive de los
recursos de su gestión, lo cual me parece sensato, pues si no viviría del aire;
los propios burócratas viven de gestionar la cultura, es mas, proporcionalmente
los recursos dedicados a la BUROCRACIA cultural son superiores dos y hasta tres
veces, en dimensión, que los dedicados a apoyar a los creadores y preservadores
de las artes cultas y no se diga de las tradicionales. Si un burócrata gana su
sueldo de los recursos que una Secretaría de Estado, o estatal, destina a la
cultura ¿por qué un gestor no puede usar una parte de esos recursos para: su
propio vehículo, pagar su teléfono, o comer (que es mas importante)? Y un
funcionario si puede recibir un sueldo, y pagarse sus “viáticos”? Este es otro
desencuentro, el gestor cultural independiente siempre es visto como “ENEMIGO”
por la burocracia cultural, que considera y maneja a los actores culturales
como sus “empleados”, a quienes castiga, amenaza y reprende si no “colaboran”
con ellos.
Los desencuentros han sido también con algunos
“mariachis” disfrazados en el ENMT como “mariaches”. Quienes creen que en el
fandango “todo se vale”, en un profundo desconocimiento de la realidad
campesina de su origen y espacio de preservación, NO, el fandango tiene su
sistema y orden. Si toco son “jarocho” o “huapango” no estoy en sintonía con el
fandango (que en el espacio del occidente es el mariache), ahí se tocan los
repertorios locales; así que, alguna vez bañé con cerveza a músicos y bailadores
que usaban NUESTRA TABLA, que cargamos por 4 horas y que estaban utilizando sin
nuestro permiso para tocar una Guacamaya jarocha, con el fin de lucirse; al
fandango no se va uno a lucirse, “ni a divertir” (referido por Ana Zarina,
quien lo escuchó, paradójicamente a un músico jarocho); pero no le iba a dar
una conferencia a los neófitos, no iba a bajarlos de nuestra tabla y decirles
que si querían llevaran su tabla, nomás les aventé la cerveza y se bajaron
luego luego; no son modos, me dirían luego, los implicados y reconocí que en
efecto, hay una etiqueta que no cumplí, pero créanme, no lo lamento.
Alguna vez tuve que regañar a jóvenes que querían
tocar junto a Los Zorreros, El Conjunto del Altiplano o El Lindero la variante
de Sinahua, porque pensaban que era como tocar con los otros mariachis, sin
saber que hay una técnica en el arco y variantes en la línea melódica. Otra vez
regañé a quienes se ponen a ver detrás del arpero (y hacen “mal de ojo”), o
tamborean sin permiso un instrumento que cuesta 30 mil pesos. Siempre soy rudo,
porque éso es una labor que le corresponde enseñar a sus “maestros” o
“instructores” de taller o mariachi, no a mí y deberían sugerirles la mínima
lógica, primero ve, observa, luego pregunta, pide permiso para bailar y SOLO SI
EL MÚSICO TE LO PIDE, ayúdale tocando el instrumento; salvo con los muy niños,
a los demás un patín, un grito o dejar de tocar, ha sido mi respuesta; pues yo
las conferencias y los talleres los doy en otros espacios, no en el fandango
(jajja aunque no le llamo fandango a esa fiesta con mariachis).
Luego de esas acciones me pregunto ¿por qué no me
han partido el hocico? La respuesta es sencilla, mi barrio me respalda, no soy
uno, soy un colectivo amplio que, con distintos modos, actuamos en el mismo
sentido: los hay amables y sonrientes como Ana, Gus y Saya, pero también las
que no se van a rajar (Daniela Olmedo y Cloe Pérez Valladares jajaja...); pero
no se trata de la violencia por la violencia, es el enfado de predicar ante
sordos... autoridades que no escuchan, ni colegas promotores y menos los
mariachis que atienden... porque creen que lo saben; pero siempre estamos
dispuestos al diálogo, David Durán ha dado cursos y talleres por la Tierra
Caliente, CDMX, y otros espacios, incluidos el ENMT, para que se entienda a las
Artes Tradicionales como interrelacionadas; los que van se conmueven, pero no
sé si luego lo reproduzcan, de algunos vivos testimonios sabemos que así es en
contados lugares y muchos de esos amigos y amigas nos brindan espacios para
coincidir y ahí estamos felices, como con Gloria Trujano y Jorge en Orizaba,
con los Barradas en Playa, con Josa(fat Nava) en Arcelia (que nos sentimos como
copropietarios y por eso también vamos como tíos regañones), con Zyanya y Juan
Carlos en Tixtla, con Los Choznos en Guadalajara, con o sin ENMT, y con Los
Tecuexes, ora que vayamos a Tepa. Esos gratos encuentros se transforman en
reencuentros solidarios, a veces en especie, como cuando vienen a los
campamentos y otros eventos que organiza Música y Baile Tradicional A. C. a
tocar sin paga alguna (Jorge Morenos, Ana Zarina Palafox, Ismael García
Marcelino y Oscar Valdovinos, dueto de pireris, La orquesta p’urhépecha
Uapánekua, Los Tecuexes, Los Plateados, Cielo Tixtleco y Los Nietos de don
Juan, ya saben que también es de vuelta), pero también con apoyo financiero,
Gloria Trujano y Jorge Luis Cruz nos dieron dinero para tener baños secos en el
Centro Cultural Los Ciruelos, sin nunca haberlos pisado (el espacio ni los
baños jajja); Luis Ochoa Franco siempre nos lleva cuerdas para violines y
guitarras, Gabriel Rico “El guache” plantas y billetitos.
Todos solidarios porque en el Gusto nos
encontramos, algunos toman Destino, y a esos los vamos puliendo como a César
Alejandro Vázquez, Josue Pizar, Martín Herrera, Dinorah Duarte (que se
resiste), Mijir Ochoa, que ya vieron que además de “tocar y bailar” la
tradición necesita otros apoyos y esfuerzos, económicos y físicos ajjaja,
porque cargar tablas, subir y bajar sillas y mesas, cargar agua, limpiar baños
no se hacen solos; otros están entre azul y buenas noches, como Dante Cruz
Mejía, Carlos Arturo Garibay, Maricela Roca y Diana Figueroa; los ausentes
presentes de Camilo Lachino, Flor Dalia Yunuen, Daniel Loyola, Josue Maceda
Vite, Mariano Herrera y Yasbil Mendoza, Alejandra Espinosa, el Ysra que no se
deja querer, Huber Figueroa Ziranda que está que regresa y no, Denizel Torres
que parece que si pero no, como Los Jilguerillos que para nosotros siempre
serán parte de Música y Baile Tradicional A. C.
Tal vez peco de racionalista, pero justo es
necesario hacer estos balances para aquilatar las acciones emprendidas,
agradecer el reconocimiento por la presea “Francisco Sánchez Flores”, al
Encuentro Nacional de Mariachis Tradicionales, a la Secretaría de Cultura de
Jalisco, al Comité Dictaminador (formado por puros amigos, la verdad sea dicha,
aunque se “devalúen” los criterios y los merecimientos, porque yo sé que su
ética profesional es muy alta y estoy tranquilo por eso); pero sobre todo a
todos nuestros muertos que son nuestros ancestros, algunos alcanzamos a
reconocerlos NOSOTROS en vida: Doña Azucena Galván, don Rafael Ramírez Torres,
don Ricardo Gutiérrez, violinista, don Ceferino Gutiérrez Bailador, don José
Cruz, guitarrero, don Faustino Gutiérrez, tamborero, don José García Abarca,
arpero, don Custodio Villa, don Juan Gutiérrez Orozco, don Pedro Antunez, don
Estorgio Pineda, don Heriberto Pineda, don Juan Reynoso Portilla, don Antonio
Chávez, don Ángel Tavira, don José Natividad Leandro, Leandro Corona y don José
Jiménez todos violinistas, Marco Antonio Bernal Avellaneda y don Juan Aguirre
Betancourt, bailadores, don Carlos Cervantes Mora, don Ángel Huipio y don Jesús
Pindeda, guitarreros de golpe y de sétima, don Camilo Gómez Soto, versador, don
Rubén Cuevas y don Candelario García, arperos, y si le seguimos no
acabamos....pero a todos gracias por sus enseñanzas y la entrega del legado,
alguno lo estamos trasmitiendo, otro esperamos que entre los chicos y chicas
salgan los que puedan hacerlo, ya trabajamos en ello...
Gracias a tod@s y si alguien quedó excluid@...
recuérdeme porque no soy memorioso