domingo, 12 de abril de 2020

Encuentro y Coloquio del Mariachi Tradicional 2015


 
Campamento de Verano MPG 2019
Habría que considerar juntos al “Encuentro” y al “Coloquio”, pues a final de cuentas hay quienes pasamos de uno a otro y están algunos de la CONASAM. Creo que el “Encuentro” ha ido cambiando, ha mejorado en algunos aspectos y en otros se ha empobrecido, y me refiero a acciones más que dinero, aunque el recorte presupuestal fue evidente.
Es importante que el baile y la poesía sean consideradas tanto como la música. Ahora hay un encuentro de niños y jóvenes bailadores; sería conveniente uno de poetas o verseros. Pero sin “concurso” ni “preseas”, que dividen y no unen.
Se ganó al “separarse” del Encuentro Internacional de Mariachi, pues permitió a unos cuantos observar la diversidad de géneros, dotaciones instrumentales y atuendos de los “mariachis”; sin embargo, creo que se han “mariachizado” tradiciones que tienen poco que ver con el mariachi.
Sería conveniente que el maestro de ceremonias que hace varios años es el mismo, y a quién nunca he visto platicar con los músicos, fuera alguien más enterado de las músicas tradicionales del occidente, que pudiera presentarlos como conjunto de arpa, tambora, conjunto de arrastre y otras tantas categorías que no son “mariachi” aunque compartan repertorios.
Convendría aclarar que “lo tradicional” no viene por el repertorio que se ejecuta, sino por una genealogía dentro de la tradición y por ello, habría que hacer conscientes a los burócratas culturales, a los organizadores y a los propios músicos que al encuentro concurren agrupaciones de “mariachi con trompeta destrompetizados”, de “folcloristas” (del “Ay! Que bonito”) de “intelectuales” (con ideologías críticas), ambos urbanos; junto con músicos de tradición y gusto.
El encuentro posibilita contactos presenciales entre quienes normalmente lo hacemos sólo virtual. Tal vez deberíamos intentar un “encuentro” alternativo, donde los espacios de discusión fueran menos cerrados y orientados hacia palomear el Plan Nacional de Salvaguardia del Mariachi. Podría ser los mismos días del encuentro, en espacios y foros alternos, o bien, en días y momentos que no sean los del Encuentro.
Es posible, y necesario, involucrar a los participantes en los talleres que cada agrupación de folcloristas tienen para que, a través de ésa experiencia se involucren en el trabajo voluntario para organizar el encuentro alternativo. Llevar a don Serafín por segunda vez fue igual de lamentable, para nosotros que la primera, porque no hubo el reconocimiento para el gran músico que es; sin embargo, un muchacho como El Moy (Moisés Zavala, El Palomo de Copuyo) o Los Gachitos de Tiquicheo, o Gusto por el Son podría ser más redituable a futuro, para que vean que es posible como promotores hacer cosas “parecidas” aunque con mayor impacto social.
Podríamos intentar también descentralizar al mariachi y movernos como colectivos para hacer uno fuera del espacio de Guadalajara, claro que ello implica un “gasto”, o inversión, para quienes siempre terminan poniendo de su bolsillo; pero sólo así se gana independencia y se puede ser crítico sin recriminación de las instancias de política cultural. Mascota puede crecer, pero también puede ser El Astillero, donde, paulatinamente, tendremos algunos espacios menos “salvajes” para reunirnos a debatir, a proponer e intercambiar estrategias de investigación, docencia, divulgación y difusión de las artes performativas del occidente.
Necesitamos mantener los vínculos y los intercambios fuera del Encuentro, entre los que tenemos una posición crítica ante el evento, pero hay que crear formas de financiamiento para hacerlo. Vamos viendo como…  (25 de agosto de 2015).

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