El
pasado fin de semana se reunieron en El Chíscuaro (sin albur, señor
subsecretario, ya ve que no les permitimos usar El Tecolote A. C.), varios brujos,
promotoras, músicos, bailarines, bailadoras, profesores, maestras e
investigadoras, aprendices, viejos maestros, todos bien brujas (tal vez por eso
se llamó La Conspiración de los Brujas). Yo llegué disfrazado y me propuse
escuchar los planes desestabilizadores que, normalmente, forman los
conspiradores; pero todo era un caos. Unos tocaban, como en un ensayo, otros
estaban en talleres, unas señoras diligentes preparaban guisos, otros reunían
la basura y bombeaban agua, unos viejitos platicaban y en un rincón un
jovencito le "tomaba la mano" a una guacha (que es como les dicen por
allá a las muchachas, señor secretario). Nunca hubo horarios para comer, o
dormir, y cuando unos vomitaban los mezcales en el baño, otro recién levantados
andaban chifle y chifle.
Aunque en las paredes vi unos barbones no se parecían al tal Marx, y hasta
tenían un Santiago peregrino lleno de flores y maíz. Por mas que paré oreja no
pude escuchar consignas contrarias a la patria ni llamados a la sublevación;
aunque la verdad, entre "malas palabras", porque no se quitan "el
cocho" y la " verga" de la boca,el doble sentido y todo rimado
no entendí mucho.
La y los brujas |
Así que si hubo conspiración, no me di cuenta, porque ni rituales hubo.
Eso si señor procurador, necesito unas vacaciones y mucho melox para la úlcera,
Sin mas que decir.
Eso si señor procurador, necesito unas vacaciones y mucho melox para la úlcera,
Sin mas que decir.
Agente
encubierto.
(27 de abril de 2016)
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