miércoles, 15 de abril de 2020

Un reto para la SECUM, a ver si contratan a Los Galleros de Jungapeo


Ayer conocí a Los Galleros de Jungapeo en el aniversario de la radio de la CDI la XETUMI. Son muy buenos, pero como todos los músicos de rancho, con humildad se presentaron pidiendo disculpas antes de mostrar su maestría. El evento de aniversario se hizo con un apoyo económico mínimo de parte de la CDI, los municipios de Jungapeo, Ocampo y Tuxpan, quienes dieron de “comer” carnitas con frijoles, cada día, a razón de puerco por día. El resto de la organización, desde las cocineras, a los del sonido, el señor que hacía aguas frescas para regalar por botes de 200 litros en cuestión de minutos, es de la propia audiencia, convidadas a participar en un Consejo Ciudadano que vela por los derechos de las audiencias, de tal manera que consideran propia su radiodifusora, lo que debería suceder con todos los medios públicos y las instituciones de gobierno. La gente, asoleada pero entretenida escuchaba a los músicos de la región, la mayoría de los cuales no han tocado en Morelia en espacios de cultura. Mientras esperaban había cordialidad, algunos discretamente tomaban cerveza o cubas de tequila, para animarse y de manera cordial invitaban a los que iban llegando, mientras esperaban su turno de subir al escenario: no importaba que unos era jñatjo (mazahuas), hñätho (otomís) o “terracalenteños” de las cañadas que bajan hacia el Balsas; estuve muy entretenido, y creo que las dos mil personas que había ahí, más los que escuchaban la transmisión no sólo en Michoacán y el Estado de México, sino en Guanajuato, Querétaro e Hidalgo también lo estaban. Al llegar a Morelia me di cuenta que se había realizado el Primer Festival de Música Tradicional Michoacana, con participantes de primer nivel, aunque son los de siempre, así que me “prendí” y publiqué:

“Los mismos gastando un presupuesto federal en Morelia... para no regresarlo... como suelen hacerlo, y los verdaderos músicos tradicionales cantineando y pasando hambres..... Reto a la SECUM a que haga un Festival donde no intervengan los grupos trillados...u otros de flocloristas... Nada de Chaneques, Maracumbe, Gusto por el son, Uapanekua, ni Kústakua... lo digo porque van a decir que les pido chamba para mis amigos y que “estos son los buenos”; pero no es así...

Vayan a los mercados, métanse en las fiestas, vayan más allá de Uruapan, bájense de las camionetas... ¿NO existen el Oriente de Michoacán, la Costa, y Los Balcones?.. De que los hay los hay y algunos tocando en Morelia....éso si...no tienen RFC, no dan Factura, no tienen guatsap, ni feis, ni amigos en las direcciones de la SECUM para tomarse fotos... Ah Claro, se me olvidaba, "NO FIAN" porque ellos viven de la música no de sus otras actividades  ... ¿Le entran al reto?
           Desde que tengo interés en este asunto, que data del año 2001, no he visto a un grupo del IMC o de la SECUM que no conociera previamente, incluso muchos de los que ellos "promocionan", son grupos a los que pedimos directamente que apoyaran. Me parece que la "investigación", o el "trabajo de campo", la búsqueda equilibrada de apoyos a los Artistas Tradicionales de las diversas regiones del estado NO existe en los eventitos de la SECUM.
            Un ejemplo, quien ha visto una Kuinchekua ya las vio todas; luego me da risa porque en los 80, cuando estaba en la prepa el SMRTV grabó alguna y puedo asegurar que siempre son los mismos, son los grupos que "trabajan con la SECUM"; los que saben que: si se levantan y critican, pues los ponen en la lista roja y no les vuelven a dar trabajo, por eso no los puedo criticar a ellos, al fin de algo tienen que comer, y puesto que el gran empleador de los artistas michoacanos es el Gobierno del Estado, a través de sus Secretarias, y los gobiernos locales, sobre todo los Ayuntamientos; pues es difícil pelearse con ellos y querer hacer arte, no se diga vivir de ello. Por eso no funcionan los llamados a la organización y la manifestación de aquellos a quienes les adeudan, porque saben que si los colocan como "cabecillas" del movimiento quedarán fuera del presupuesto y ahí sí, los empleados con base y sindicalizados obran como gremios con coto de poder y están dispuestos a aniquilar cualquier crítica que vaya hacia ellos. Cualquier artista que critica seria y públicamente a la institución queda fuera del presupuesto, primero mediante el del rechazo a las propuestas de colaboración, o la negación del acceso a los propuestos, la fiscalización amañada para que el artista no "compruebe" los proyectos y sea "vetado" formalmente de premios, convenios, apoyos. Ante la crítica, la burocracia cultural, que está muy mal preparada, a pesar de que les implementaron sus licenciaturas y maestrías de gestión cultural, reacciona emocionalmente, defiende su coto de poder en lugar de aceptar los errores y optar por cambiar, mejorar la planeación, involucrar a especialistas y gestores comunitarios en la creación de acciones y presupuestos participativos. A eso se deben la "eventitis", a que piensan que la labor de la SECUM es crear chambitas para emplear a los hambreados artistas (y no lo digo en sentido peyorativo, sino en el de la realidad) y hacerlos bailar por el huesito, en lugar de construir acuerdos con la Sociedad Civil y las ONG's, pues esas se quedan, independientemente de los partidos en el poder, como lo hace también la burocracia cultural, que pasa de sus bases a puestos de confianza y luego regresan a sus puestos. La SECUM debería centrarse en generar procesos de más largo alcance formar públicos y los eventitos no lo van a hacer por arte de magia.
       Por otro lado, apenas empieza a surgir una incipiente industria cultural "independiente" que desde sus bolsillos propone apoyos mínimos, pero valiosos por lo que representan, a los creadores en los espacios llamados "culturantros", donde es lamentable que sea el consumo de alcohol lo que sostenga las propuestas.
                 Las fundaciones Cinépolis, Fame y otras de las familias de la élite, normalmente generan recursos para las familias de la mafia cultural que manejan los festivales internacionales (los Bernal Macouzet y los Vega son un claro ejemplo de opacidad), los cuales casi siempre contratan artistas en el extranjero y se pagan viajes para hacer "scauting". Así que para los artistas locales las cosas son difíciles, pero además, para los artistas tradicionales en espacios rurales las cosas son peores en muchos sentidos, y le sigo en mi espacio...”
              Este exabrupto justo es porque se gastaron 207 mil pesos en dos días, en tanto, en el evento que viví, duró tres días y no costó más de 50 mil pesos (claro sin contar el trabajo regalado) y tuvo una asistencia de 3,000 personas (espero que ése número sea ínfimo con el que se reunió en la plaza Ocampo). Es muy probable que los asistentes al evento de la plaza Ocampo, salvo los transeúntes, todos hayan ido por el cartel, ya conocían a las agrupaciones, porque son amantes de las artes tradicionales, o son de su región, vecinos, parientes y tocan las músicas que les recuerdan a su matria. No creo que haya habido un conteo, ni alguna encuesta al finalizar el evento, o algunas entrevistas para identificar si las acciones están cumpliendo con los objetivos.     
               La cuestión no es sólo preguntarnos ¿por qué estos y no otros? No se trata de cuestionar la valía de unos u otros artistas, sino preguntarnos ¿por qué no hay planeación en éste campo? ¿Por qué los pocos recursos se gastan en festivales en Morelia, donde ya hay públicos y no en los espacios locales, donde no los hay, por más que lo supongamos como “natural”? ¿Podríamos hablar de inexperiencia, cuando se supone que los jefes de departamento y demás autoridades son designadas justo porque “conocen” en lo que van a trabajar? Así que los encargados de administrar los recursos públicos, en teoría, además de poder llevar la contabilidad, el registro de cómo se gastan los recursos, deberían primero generar planeación con objetivos claros en los ramos que están bajo su directriz. 
              Un jefe de departamento o un director debe conocer sobre lo que el rótulo de su oficina pregona; ayudar a que el Plan de Desarrollo Integral de Michoacán 2015-2021 se cumpla es vital, porque, es al ejecutivo a quien le deben el puesto (no seamos ingenuos y pensemos que es gracias al pueblo que elige con su voto el “mejor” plan y a su ejecutor). En ése sentido toda acción debe estar en concordancia en algún punto con el plan y debe, de alguna manera medir el impacto; pero parece que con que salga la nota periodística basta. No creo que algún director o jefe de departamento hay hecho público los avances en los informes que, en teoría, periódicamente entregan y con los cuales se nutre el informe de gobierno; porque tendrían que decir: Nos han fiado varios millones de pesos y no hemos pagado a los artistas según los convenios establecidos; pues si no dicen esto, seguro faltan a la verdad, y claro, pueden engañar al ejecutivo estatal, pero no a los artistas y a los demandantes de cultura, entre los que me encuentro, y es en mi derecho a conocer y disfrutar de la diversidad cultural de Michoacán, que lanzo el reto: un festival que no tenga a un artista tradicional o folclorista que ya haya contratado la SECUM previamente ¿Lo aceptan?
             Bueno, supodríamos que las instituciones gubernamentales de cultura deberían ser de otra manera no? Que quieren, soy un romántico.... Pero hoy hablaba con un amigo de cómo la burocrácia cultural se convierte en "caimán" y "representante de grupos artísticos o artistas locales", de cómo está la tranza en reportar 500 eventos de los cuales usualmente no pagan 100, pero que si aparecen en los presupuestos con que se justifica la acción de la SECUM ¿Dónde queda ése dinero?


(29 de mayo de 2017)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se breve, no insultes, cita tus fuentes: