La
mariachización, considerar a cualquier grupo de música tradicional “mariachi”,
que vive el Occidente y Pacífico sur de México muestra que el criterio
centralista sigue pesando en México y que cuando se quiere crear un modelo de
explicación se recurre de nuevo a él. El área nuclear del mariachi permite
entender cierta continuidad, pero el “área extendida” sólo existe en los
imaginarios de los investigadores; puede ser útil para explicar algunos
procesos, pero no coincide, necesariamente, con lo que la gente piensa. No
obstante, ello ha permitido que músicas marginadas incluso en sus propios
estados, como El Fandango de Varitas, gane una presea y sea motivo de
reconocimiento.
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| Encuentro Nacional de Mariachis Tradicionales |
El problema reside en nombrar como “jueces” a
personas que no están capacitados para equiparar peras con manzanas, porque
ninguno de los implicados en los procesos conoce, cuando menos en los casos más
recientes, más allá de las fronteras también artificiales entre “moderno” y
“tradicional” y su propio horizonte de trabajo; de tal manera que una misma
familia extensa ha ganado tres preseas, TRES, con DIFERENTES mariachis, como El
Carrizo, Los Marineros de Tepalcatepec y como Los Reyes, pero además
“representando” política y territorialmente a “Jalisco” y “Michoacán”, lo cual
me lleva a ver como evidente que nuestros jueces no son sino músicos que se
dejan guiar por un criterio cultural que les pesa mucho y es etnocéntrico, o
mariachicéntrico, es decir, que no pueden ni se dan el permiso de indagar
aquello que no suena a “mariachi”.
La siguiente vez les voy a llevar Más allá de los camin
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