Después de meditar en tu aseveración sobre la diferencia entre los géneros que hay en danza, música y lírica, es decir, que un género musical no siempre corresponde a uno en la lírica o el baile, escribí algo, que sonaba bien, hasta que me dije: bueno, primero debemos ver si la gente distingue en la práctica festiva y cómo lo hace, luego, ver si nuestra clasificación coincide o no con la de la gente, y sobre todo, si aporta algo o sólo son divisiones y complicaciones innecesarias.
El gusto |
Creo que si hay un género musical llamado son y otro gusto, en Sinahua, que el gusto no es ya un género en lo dancístico (aunque pudo serlo en el pasado), o bien, que no nos hemos fijado lo suficiente. Creo que jarabes y bailes de paño son géneros distintos en todo, en lo coreográfico, lírico y musical. En cambio, "las indias" son un género en lo lírico, pero no en lo musical ni el lo coreográfico. Lo anterior me llama la atención, pues casi siempre, un género musical produce un género en lo dancístico, sobre todo porque, como ya sabemos, el baile y su percusión forman parte de la música. A qué se debe que el gusto se haya aproximado al son en Sinahua? Porque no hay cambio en el mánico de la guitarra de golpe, por tanto, no lo hay en los golpes de pie y el baile. No tengo ni la menor idea.
Ayer o antier le sugerí a David que tratara de explicar ¿por qué no hay una diferencia entre el gusto y el son en Sinahua? Pero creo que esto es tan complicado que necesitamos echarle montón. No es algo que se vaya a resolver para septiembre, pero hay que meditarlo. Si, como nos cuentan, los hombres que bailaban con machete y zapateando, o bien sólo con machete, bailaran un gusto puede sugerir respuestas. El gusto como sinónimo de afición, de preferencia por el fandango, puede dar otro camino. Será mi gusto y por eso... Era del gusto... me gustas derecho. Además, el gusto está ligado con el destino, el destino del músico, del bailador, es una elección vinculada con el "gusto". Gusto y destino corren parejos.
El viernes pasado toqué, por primera vez el arpa, acompañando a don Isidoro Morfín y don Ricardo Gutiérrez, estaba de público Álvaro Ochoa y su cuate Guillermo Contreras. Al terminar, luego del "éxito", me dijo don Isidoro: Ya que agarraste éste destino, dale duro... Se refería a dos cosas, a que la "afición" que uno tiene por la música no basta, hay que tener disciplina y tocar "recio" (no declaro bien los bajos); pero también, que de la "afición" y el "gusto" se llega al destino. El destino no es algo tangible, no es una meta, es algo que se construye y siempre está como un horizonte, por eso don José García dice que el todavía no es músico, ése es su destino, lo construye con el gusto, y nunca lo alcanzará.
Ayer o antier le sugerí a David que tratara de explicar ¿por qué no hay una diferencia entre el gusto y el son en Sinahua? Pero creo que esto es tan complicado que necesitamos echarle montón. No es algo que se vaya a resolver para septiembre, pero hay que meditarlo. Si, como nos cuentan, los hombres que bailaban con machete y zapateando, o bien sólo con machete, bailaran un gusto puede sugerir respuestas. El gusto como sinónimo de afición, de preferencia por el fandango, puede dar otro camino. Será mi gusto y por eso... Era del gusto... me gustas derecho. Además, el gusto está ligado con el destino, el destino del músico, del bailador, es una elección vinculada con el "gusto". Gusto y destino corren parejos.
El viernes pasado toqué, por primera vez el arpa, acompañando a don Isidoro Morfín y don Ricardo Gutiérrez, estaba de público Álvaro Ochoa y su cuate Guillermo Contreras. Al terminar, luego del "éxito", me dijo don Isidoro: Ya que agarraste éste destino, dale duro... Se refería a dos cosas, a que la "afición" que uno tiene por la música no basta, hay que tener disciplina y tocar "recio" (no declaro bien los bajos); pero también, que de la "afición" y el "gusto" se llega al destino. El destino no es algo tangible, no es una meta, es algo que se construye y siempre está como un horizonte, por eso don José García dice que el todavía no es músico, ése es su destino, lo construye con el gusto, y nunca lo alcanzará.
Destino |
Querida Alejandra (Espinoza), es evidente que tienes afición y gusto por el baile, tal vez tu destino sea ser bailadora, pero que todavía no lo defines. Digo aquí," que destino tan cabrón" tienen los bailadores y músicos tradicionales, en lo económico, pero no en satisfacciones, "mi gusto es y quién me lo quitará? Solamente dios del cielo". Entonces tendrás que definir, no entre escribir, ver y bailar, que se trata de dos momentos diferentes, complementarios; sino entre Bailar y bailar. Llamémosle Bailar a realizarlo en la ciudad en un escenario, como parte de un ballet, con una creación coreográfica; en contraste con bailar en un fandango (no necesariamente en un ambiente rural). Se puede transitar sin problemas entre uno y otro medio? Yo creo que no, cuando menos no fácilmente, es como pretender ser un poeta analfabeta y saber leer y escribir. Se es lo uno o lo otro, porque es una cuestión de técnica y de concepción corporal.
Ya sabemos que cuando se baila se hace en pareja, en armonía con la música, en duelo artístico con los otros, que siempre son amigos; en cambio cuando se Baila se hace para el público y en competencia franca con los otros bailarines para destacar. Cuando se baila se hace hasta el cansancio, de manera impulsiva y compulsiva, se libera energía que luego regresa en forma satisfactoria; cuando se baila se hace por una hora y se contiene la energía, a veces hasta el hastío. Cuando se baila se hace por el gusto, en cambio cuando se Baila se hace por el reconocimiento, incluso por dinero.
Creo que has tratado de combinar el asunto no con éxito. Entonces pregúntate si no necesitas bailar por reconocimiento ni por dinero, porque tienes ya un futuro en otra profesión; ¿por qué no mejor bailas y escribes sobre bailar? Perdón por seguir con la psicología de banqueta...El negro.
Creo que has tratado de combinar el asunto no con éxito. Entonces pregúntate si no necesitas bailar por reconocimiento ni por dinero, porque tienes ya un futuro en otra profesión; ¿por qué no mejor bailas y escribes sobre bailar? Perdón por seguir con la psicología de banqueta...El negro.
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