viernes, 22 de mayo de 2020

El fandango hermético. El baile tradicional de la Tierra Caliente como danza

Entre las artes tradicionales de la Tierra Caliente la danza y el baile no han interesado aún a los estudiosos. No se han acercado a la región profesionales de la etnocoreología y antropología de la danza, aunque ya se han producido algunos contados artículos y ponencias.1 No obstante, es necesario para mí, y un grupo de amigos, que presenciamos un desfalleciente sistema festivo, empezar la reflexión sistemática sobre algunas observaciones de campo en fandangos tradicionales que han ido desapareciendo junto con los músicos que los motivaron. Desde hace 10 años es cada vez más difícil presenciar en los pueblos de la Tierra Caliente reuniones familiares cuyo epicentro festivo sea el baile y la música tradicionales; pues aunque, en general, hay todavía muchas familias y bailadores de tradición, los músicos que conocían el repertorio antiguo han ido muriendo y los jóvenes prefieren las canciones rancheras y los corridos, e incluso las cumbias, a la música tradicional bailable. Es necesario entonces compartir las experiencias para que los especialistas en el arte de Terpsícore se acerquen ahora a los contados casos en que sobrevive el fandango terracalenteño.
Disco y libro...

         Aunque es posible hacer una primera caracterización del baile en varias subregiones de la Tierra Caliente: el Balsas medio, Los Balcones, la confluencia del Tepalcatepec, la Costa Sierra y el Plan de Apatzingán, y existen los registros de varias observaciones en fandangos característicos en pueblos dispersos, varios de ellos en video; mi cavilación no partirá de la descripción de cada una de ellas, por ello les pido su confianza en que, durante una década, he presenciado como espectador, y con cierta sistematicidad, eventos dancísticos que me permiten lanzar al debate las propuestas que haré.     
   El argumento central de la charla es ponderar al baile tradicional de la Tierra Caliente, “profano”, como la ha caracterizado una profesora de la región, alegre, sensual y despreocupado, diría yo, como una manifestación artística trascendente, una danza; es decir, una expresión kinética vinculada con lo divino, pero que ha quedado escindida de esa relación numinosa al cambiar los contextos en que se produjo el discurso dancístico. La propuestas es intentar aproximarnos al sentido “místico” que pudo tener en el pasado el sistema festivo terracalenteño, vinculando a las artes tradicionales, presentes en el fandango, con los contextos sociales en que se produjo el discurso artístico durante el siglo XVIII. 

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