En el arte, en la tecnología, en la ciencia, en las humanidades el conocimiento se construye en común y ante la innovación se reproduce, se cita, se referencia, se deconstruye, se hace tecnología inversa... la diferencia siempre es de carácter ético y el fin siempre tiene detrás el interés de beneficiarse del otro; si yo re-conozco el antecedente, el beneficio obtenido es ético, si no lo hago plagio. Si no he realizado bien mi trabajo de reconocimiento de antecedentes, entonces plagio por ignorancia, pero no deja de ser plagio, si conozco el antecedente y lo omito, entonces es plagio a secas. En la edición de textos a veces se borran citas (por errores de dedo, incompatibilidad entre programas), pero no se exime del plagio, en el arte estas quedan explícitas para el "público culto y conocedor" y ocultas para los comunes y corrientes, no avezados en el tema, pero no dejan de existir. El plagio es "malo" porque valida la pereza y la aparente "incapacidad" para "crear", y proponer algo "nuevo", aunque siempre sea con base en lo que nos antecede, pues no se "crea" de la nada. No hace daño "citar", "referir", "dar crédito", no vulnera nuestra "creación", ni la hace "menos innovadora". Dónde, cuándo y frente a quién hacer el reconocimiento es una cuestión ética y de libre albedrío.
La gente puede tocar y bailar, hay quienes reflexionan sobre ello y hay quienes no; a mí, me gusta pensar sobre lo que hago, hay quien piensa que: puedes ir por la vida "viviendo sin reflexión", y puedes ser feliz, adelante; pero hay quienes pensamos que: saber ¿Qué motiva lo que haces? potencia esa experiencia, y reflexionando sobre ello, creemos que es importante separar lo que es tradición (que se nutre del conocimiento de la genealogía familiar) de lo que es creación individual (que puede usar a la tradición, pero se adecua al contexto, a la noción de "arte" y "escenario".
Quienes no reflexionan confunden lo que es propuesta escénica con "tradición" y suponen que no hay "autoría" y no hay "derecho" sobre la creación, pero no es así, la noción de "propiedad" y de "intelecto" también existe en las artes tradicionales, ellos suponen que NO, porque no conocen y no han reflexionado sobre ello; así que se apropian con "desparpajo" o "vergüenza" de algo que no les pertenece, lo cual está mal, y es muy sencillo de "corregir", sólo hay que pedirlo, la música tradicional se pide, y los músicos tradicionales "regalan" piezas, igual sucede en el baile, si yo voy y le digo a un/ bailador/a "enséñeme", "regáleme", sin ningún problema te "darán" ése conocimiento, y tu podrás con toda propiedad decir "poseo" porque lo "aprendí" de un artista campesino este son, este paso.
A mí me parece que tal cosa es de educación, de ética y de actuar correctamente, pero para ello tienes que reflexionar ¿cómo se enseña la tradición, cómo se aprende, quién enseña, quién puede aprender? Los que no reflexionan, no pueden tener ni siquiera idea de esta dimensión ética y piensan que con llegar a una fiesta y subirse a la tabla basta; pero perdón, no es así. Muchas veces llegan a comer y beber sin ser invitados y se van sin decir: gracias. Este modelo de aprendices urbanos, lamentablemente está muy difundido, y no debe alentarse. Así que si alguien quiere "apropiarse" de la tradición, en el sentido de hacerla parte de su vida, adelante, pero tal apropiación tiene que partir de una base ética y de compromiso, no de alegar que es "comunitaria" y yo puedo llegar y tomarla (sobre todo si no soy parte de esa comunidad), o que puedo "transformarla" sin proponer un diálogo con l@s maestr@s de la tradición.... No confunda robo, plagio y "apropiación", con aprendizaje.
Hay una diferencia entre "cita", "referencia", "homenaje" y "copia"... en el arte...
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