El sábado 23 de febrero de 2023 estuvimos en Chapala, en la tierra que cubrió a mi tía Margarita... diciendo puras mentiras y uno que otro son. Entonces hice un exhorto que no cayó tierra fértil; pero se los comparto
... Aproxímense, hagan una rueda, pero atrás de la raya que estoy trabajando.... Vamos a hablar del sistema percusivo del Occidente de México que incluye porcines del Mazahuacan, Los Balcones de Tierra Caliente, la Tierra Caliente, la Cienega de Chapala, Los Altos, y El Bajio....No se deje engañar, yo no le vengo timar, tamboras hay muchas, pero sistema de percusión uno. Ni busque remedios de mercachifles parroquiales que no han pasado frente a las mejores universidades y cantinas del rumbo... Aquí está la neta del planeta, y si no funciona... pos le llamamos "mariachi" y se lo vendemos como fayuca a precio de "suvenir" para turista....que no le digan que no le mientan, aquí si le vamos a "teoricar" a lo ranchero y si no...un chivo pegó un reparo, y en el viento se sostuvo, si no me quieren crer aquí nos haremos ñudo....
Lo fundamental es dejar de pensar desde lo local y de manera individual; necesitamos hacer trabajo en red, colaborar, intercambiar información, discutir teorías y criticar al otro. Podemos abrir al público la discusión, volver partícipes a l@s jóvenes que se acercan a el estudio de la tradición, acopañarnos de gestores, promotores y otros ores.
Me parece que es el momento de romper con las formas anteriores de reflexionar sobre las artes performativas de tradición oral, las de los pioneros, de trabajos escritos por individuos y no por grupos; de revisar propuestas de estudio regional que no fueron trazadas por interesados en las prácticas culturales performativas, sino en las económicas; de ponderar la operatividad de los conceptos porpuestos en las situaciones sociales contemporáneas; de revisar los supuestos teóricos sobre los que se construyeron las hipótesis del pasado, y que ya están caducos, como la dicotomía tradicional/moderno; es momento de hilar fino la trama, porque no somos tres sino dos decenas de interesados. Es el momento también de definir los objetivos como “generación”, aunque la mía no ha hecho nada, solo sentarse a esperar que algo ocurra; pero si podemos integrarnos en la siguiente.
En Chapala expondré una propuesta de sistema basado en datos magros, no es mas que un primer modelo de aproximación a una realidad que es más compleja, pero siempre debe haber un inicio, no es el resultado de un estudio, sino una propuesta para inciar. NO habrá certezas, sólo dudas, no habrá "datos duros", sino relaciones intuidas y a comprobar con la etnografía, el dato histórico, la iconografía o la grabación de campo.
No es una recriminación, en todo caso no es para un individuo sino para una generación, he enviado un correo para actuar en conjunto, planificar acciones colectivas, con objetivos comunes, que apenas generó un interés en tres o cuatro personas. Sé que para muchos SU trabajo es lo importante, que no comparten una referencia, ni toleran aproximaciones a su espacio geográfico de interés; pero lo que veo en la política pública sobre ciencia ya en el presente, es que todo gira en constituir redes, cuerpos académicos, programas educativos que forman en proyectos colectivos de investigación. Entiendo que para muchos historiadores, sociólogos, antropólogos, estudiosos de la literatura, su formación fue como individuos que investigan solos y publican solos. Debieron titularse con un trabajo individual en la licenciatura, y luego en los posgrados; hasta para obtener una plaza hay que delinear trabajo de investigación individual.
La manera en que se otorgan los apoyos económicos a la ciencia, ha cambiado, no sólo porque la transdisciplina y la interdisciplina se fomenta en la investigación básica de las ciencias duras, sino porque las propios ámbitos de estudio ya no se piensan homogéneos. Esto se ha trasladado a las humanidades y las ciencias sociales, y nuestra, su generación, deberá decidir si sigue “minando datos” en archivos locales, construyendo monografías etnográficas que se sorprenden con la concordancia con los vecinos, o se lanza a proponer modelos sociales mayores en escala y con evidencia empírica que necesita de la colaboración. El modelo Braudel caerá en desuso, a pesar de las grandes figuras en México que lo emulan, pues lleva una vida completa el estudio de regiones geográficas amplias; cuando un grupo de investigadores locales, trabajando en RED, pueden realizarlo en un par de años, o cuando menos, comunicar avances en periodos cortos de tiempo.
Así pues ¿Generación, qué haremos? ¿Seguiremos citando a los pioneros, usando sus modelos de explicación, sus categorías, sus temas y fuentes de estudio? ¿Cómo pasaremos del dato curioso y el detalle anecdótico a proponer modelos que sistematicen la realidad, la comprendan y la expliquen? Es el momento de empezar el cambio, no “conmigo” o “sin mí”, en todo caso el que escribe no es dos de oros para caerle bien a todos; habrá en el futuro, eso espero, varias redes que estudien los procesos sociales, económicos, y políticos asociados con las artes performativas campesinas o urbanas de tradición oral, libros escritos en coautoría y diálogo, no compendios de capítulos individuales con tal diversidad de temas que poco sedimento de información deja, y poco interés motiva. Ese momento puede esperar, encerrarse en un “Coloquio”, o iniciar en un lugar periférico, pero relevante para los orígenes míticos del mariachi, y proponer tópicos comunes en espacios y tiempos diversos. Yo elijo lanzar un reto amplio no a una persona sino a una generación ¿Qué vamos a hacer?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Se breve, no insultes, cita tus fuentes: