martes, 27 de febrero de 2024

El mariachi loco quiere versar....quiere versar

 Ayer con la disertación del Dr. Rafael Figueroa, en la UV, "me puse a considerar..." como reza el son, que de las músicas jarochas la de mayor éxito, transmitida por los integrantes de esa corriente denominada "Movimiento jaranero", son las que pueden usarse como prácticas de resistencia cultural. Tan importante como la "portabilidad" de los instrumentos y su volumen sonoro, son los mensajes creados exprofeso por la lírica en los contextos de enunciación; la música como resistencia y como ideología. Hasta el momento, las músicas del occidente han tenido tímidos momentos de creación, principalmente se componen coplas líricas para los sones, y salvo "el gran visionario" que es mi cuate David Durán, quien le ha metido dos o tres versillos al Gusto Federal, algunos recuperados de la tradición oral, la mayoría seguimos (bueno los que cantan, ya saben que yo soy mudo) en la copla sabida. Sabido es también que valonas "actuales" como El patrón miserable, Mariguaneros en crisis y otras, a veces no siguen las formas poéticas de la décima glosada; sin embargo, tienen un poder porque actualizaron a la tradición, aunque al final, no formaron parte de ningún movimiento social. En Morelia, por ejemplo, los jóvenes de las Casas del Estudiante, que se ubican ideológicamente a la izquierda del espectro político, cuando menos en el discurso, siguen tocando "folclor latinoamericano", ya saben Víctor Jara, Violeta Parra, Gabino Palomares, que fueron músicas de creadores que acompañaron a los movimientos sociales de su momento y que por eso son "recordados" y tienen "éxito", cuando menos son visibles en ciertos espacios públicos. En ciertos contextos, se ve que varios de los grupos que asisten al Encuentro de Mariachi son de profesores o profesionistas, de algunos profesionales de la música, de "promotores culturales", vinculados o dependientes del Estado, y tal vez por ello, mas cercanos a las "derechas" o a posiciones "apolíticas", que al final son políticas"; por ello, se mantienen vinculados al statu quo y no son "creativos" para actualizar a la tradición, se uniforman, aunque sea de manta y se ponen sombrero de soyate, tocan los mismos sones con las mismas coplas, pueden tener cierto activismo cibernético ¿pero hasta dónde lo podrían tener en lo social? El momento actual de "las músicas tradicionales" de México es el de una nueva migración del campo a la ciudad, o al extranjero, pero con condiciones distintas a las de los años 30. Los que tocamos, aunque descendientes, en alguna medida de campesinos inmigrados a la ciudad, somos "estudiados", es decir, pasamos por las aulas públicas cuando menos hasta la secundaria, en general somos simpatizantes de las "izquierdas" y de los movimientos sociales, no dejamos de postear memes contra las privatizaciones por ejemplo ni de firmar peticiones de avaanza y otros sitios parecidos; por ello, en primera instancia nos vinculamos a los músicas "tradicionales" mexicanas, sobre todo al movimiento jaranero, porque desde sus inicios, con las décimas de Arcadio Hidalgo, gracias a la voz, sensibilidad de oído y corazón de don Antonio García de León, cantó "Soy de nación campesino..." y "Yo fui a la Revolución a luchar por el derecho...". Eran los fines de los 60 Peter Seeger y Woody Guthrie había creado escuela con Bob Dylan, las músicas "folclóricas" y los idiomas regionales eran usados como "armas" ideológicas y nuestros cantantes, Víctor Jara y Violeta Parra daban voz a la Unidad Popular, una revolución pacífica; por ello, las décimas grabadas por don Antonio, fueran o no de don Patricio Hidalgo, tuvieron resonancia en los oídos de nuestros padres, muchos de ellos, la primera o segunda generación de profesionistas creados por las escuelas públicas del Cardenismo. Así que con el levantamiento zapatista, los movimientos de la APPO en Oaxaca y los de Atenco, con el tan llevado y traido aeropuerto, tuvieron como música de fondo el vigor del son jarocho re-contextualizado, hecho que lo volvió atractivo, tanto estética como políticamente, para los jóvenes de hace 10 años. Muchos de ellos han ido migrando a sus propias tradiciones en el Occidente, como Los Choznos o El Amate, y lo hicieron a partir del son jarocho y las músicas folcloristas de los años 80. Yo diría, salvo que quieran desmentirme, que junto con ellos la mayoría de los amigos del DF, Arcelia Gro, los de Morelia y Guadalajara formamos parte de ese contexto sonoro y político; por ello, nos "chocan" las posturas "folclorizantes" que le hacen el juego al Estado, y como ejemplo podría poner varios, pero no quiero que los aludidos se "ofendan". Por otro lado, hay un elemento "conservador", políticamente hablando, que cree que el "Charro" y el "mariachi" son "representativos" de las tradiciones del Occidente, los imagina y los usa para "preservar" tradiciones con un fin moral, es decir, "enseñar sus valores" a los jóvenes. Las escuelas del mariachi y varios de los "talleres" impulsados por el Estado tienen ésa tendencia; por ello, incluso visten de "mariachis charros" a los jóvenes y no de manta, que también es una postura política ¿Con quién te identificas, con el hacendado, el caporal o el campesinado? A esas posturas hacia la derecha no les interesa la poesía de las coplas, o en todo caso, sólo su lirismo; para ellos el cancionero tradicional no necesita actualizarse esta bien así; pero para los de guarache y manta si es necesaria la actualización y sobre todo, su uso político. TODO LO ANTERIOR es para pedirles a los que lean y se identifiquen con esta manera de percibir el futuro de la tradición (no quisiera que se hablara de "movimiento mariachero", porque ni somos mariachis, o no todos, y mucho menos somos "movimiento", lo que implica cierta coherencia discursiva al menos), que iniciemos a proponer coplas tanto las líricas, que nos aproximan y encariñan con la tradición como las narrativas, históricas y hasta políticas, pues ello fortalecerá a la tradición. Si estas artes nacieron del pueblo y a el sirven, la única manera de que sobrevivan en los nuevos contextos urbanos e "intelectuales" es que se apropien de los espacios familiares y cotidianos; pero también que se usen políticamente en los espacios públicos, no sólo pienso en la manifestación, sino que tocar en un "escenario" (sea cantina, taller, presentación, concierto didáctico, ensayo, boteo o charoleo, etc.) cualquiera un son o una valona con una lírica con temas actuales atrae la atención, tanto de los pensamientos afines como de los contrarios y si "el mariachi loco" quiere dejar de payasear tendrá que versar.

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