sábado, 31 de diciembre de 2022

Hoy... llegó el libro


Camacho Becerra, Arturo, "Saberes y prácticas del Mariachi tradicional en su diversidad regional", Zapopan, El Colegio de Jalisco, SCJ, Gobierno de Jalisco, 2021.
No voy a hacer una reseña, pero creo que tiene varias cosas notables; primero: salvo los textos de Ochoa, Jáuregui y Díaz Santana-Medrano, los demás se reparten entre la U de G y la UMSNH, lo cual es un orgullo como nicolaita, pero además, porque me parece la "formación" de nuevos recursos humanos, en torno al mariachi, no se ha producido por los "Colegios", sino en las universidades y la investigación sobre el tópico tampoco, porque los textos de investigación comienzan a venir desde las universidades estatales.
En seguida la orientación, salvo Chamorro y Jáuregui, se trata de textos de carácter histórico, la gran mayoría desde la Historia social de la cultura (que es la que impulso, lo cual me alegra).
Los textos históricos combinan los "documentos" (genealogías, demografía regional, rutas comerciales), con otras fuentes que los historiadores usualmente desconocemos o usamos, el análisis musical, el iconográfico, el objeto y la práctica cultural.
En los textos históricos hay una intención de deconstruir mitos, iniciando por aquel que dice que los historiadores solo nos ocupamos "del pasado", con mayor y menor eficacia se ensaya la "historia del presente", y se llega al periodo contemporáneo. En ellas se usan conceptos interesantes de la teoría social. Las historias "locales" se analizan como binacionales, y se reflexiona sobre los procesos locales o regionales que devienen en nacionales. Lejos de esa historia empirista y descriptiva que critica Jauregui.
Me parece que faltaron esas "historias de vida" que son muy interesantes como fuentes de información invaluable; pero que no arriesgan a explicar o comprender procesos; acá las entrevistas sirven para algo que el historiador construye, no se dejan a la "libre interpretación" del lector.
Las "vacas sagradas", o mejor digamos los investigadores raíz, aportan cosas interesantes, Chamorro un análisis de las aves en la lírica tradicional, Ochoa una relación de algunas prácticas y conjuntos de arpa grande contemporáneos en California, y Jáuregui una actualización del debate: mariachi tradicional/moderno.
Justo el texto de Jáuregui me parece interesante; porque adecua su modelo a las realidades contemporáneas que percibe; al final, lanza una crítica para defender su postura etic de llamar "mariachi" a subtradiciones que llama "microregionales" (como la Tierra Caliente, una "microregión" que comparten 5 estados, y que es casi tan extensa como su "área nuclear" del mariachi, que no sigue un criterio geográfico, como es la cuenca del río Balsas), que acuden al Encuentro y no quieren ser llamadas "mariachi"; yo le recordaría al maestro que "el hambre es canija" y 50,000 devaluados todavía ayudan a la causa, y que por éso van l@s músic@s, además de divertirse, emborracharse, ligarse maestr@s de danza, y conocer Guadalajara. Me parece que deja clara su postura, la dicotomía del estructuralismo que luego hace "tricotomía" es parte de la teoría que ha elegido para estudiar al fenómeno, y yo diría que ello no implica que no pueda ser criticada y evidenciada como "ineficiente", pues justo su nueva propuesta "mariachi intermedio" que a veces es "tradicional" y a veces "moderno", no es dinámica, y es un cajón más que no existe sino en la mente de su carpintero; sin embargo, creo que deja claro su posicionamiento epistemológico.
Me alude con un trabajo del 2017 diciendo que ponernos del lado emic puede llevarnos al "oscurantismo fenomenológico, que es un tipo de idealismo cultural", y yo diría que mi propuesta dialoga con los conceptos de Adorno, Thompson, Hall, y que la inscribo en la historia social marxista cuya base teórica es la sociología de la cultura marxista y que por eso he propuesto "mariachi de masas" (un término que se inscribe en la tradición el análisis marxista de la cultura) el cual no ha gustado, pero como dice Jáuregui, demuéstrenme que el mariachi que el llama "moderno", no es un mariachi construido por las industrias culturales y el Estado (cine, radio y televisión, o RTC de la Secretaría de Gobernación); pero mi propuesta también empatiza con la fenomenología, porque aunque Castoriadis me parece convincente, hay procesos de interiorización psíquica de lo social en los que el método fenomenológico es muy útil y no necesariamente una "idealización", lo que sería caer en los dualismos inoperantes de materia/idea como si el cerebro no fuera materia y las ideas no fueran interacciones eléctricas de las dendritas).

La siguiente propuesta metodológica que desarrollo en varios textos es parte de mi formación en el CET del Colmich; decir que no debemos hablar de objetos, "mariachi", con adejetivos: tradicional, moderno, infantil, femenil, sino de "PROCESOS" y por ello les he propuesto hablar de las tradiciones del mariachi, que justo nos hablan de espacios sociales donde los actores, relacionados muchas veces por la genealogía, la ocupación laboral y las identidades sociales, son parte de una red en la que cambian de identidad, instrumento, valor simbólico, sin contradicción y sin salirse de una etiqueta para tomar otra, pues no son "mutuamente excluyentes", como en ciertas proposiciones lógicas. Eso está en mas de tres artículos donde justo contradigo a Jáuregui al decir que el que morirá no es el "mariachi tradicional", sino el "mariachi moderno", al cual se le invierte mucho dinero del Estado, justo por la SCJ y otros trasnochados que quieren emular las Mariachee Conference. Lo que se ve es que no me leyó y que escribo muy mal, porque mi crítica ha sido sistemática y se ha puesto por escrito
El espacio es pequeño aquí y voy a contestar con un escrito extenso; pero no ahora, denme chance de acabar un chingo de cosas, y luego le contesto. Mi propuesta de estudiar al mariachi como tradición y no como objeto dicotómico o tricotómico, de hacerlo desde la crítica de la economía política de la cultura, la tengo que desarrollar, y si me siguen en mis escritos se darán cuenta que es un rompecabezas que se unirá en algún momento, no ahora.
Además, quiero escribir para el coloquio de este año sobre El cuchillo como objeto de la materialidad y la semiótica de la tradición del mariachi, si vamos a estudiar al "honor", y a la "cabronez" como propone Jáuregui, partamos de la materia y ahí la daga, verduguillo, puñal, charrasca, machete, tienen que ver.
Pero si quieren enterarse del chisme...busquen su ejemplar.

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