jueves, 16 de junio de 2022

Herminia Segura Beltrán


En la Tierra Caliente del Balsas las familias dedicadas a la música formaron en la práctica artística a sus descendientes mujeres. La práctica musical femenina fue alentada por la Iglesia como una estrategia para minimizar la creciente secularización de la vida impulsada por el Estado mexicano desde los tiempos de Juárez; se crearon “estudiantinas” y orquestas femeniles vinculadas con los templos parroquiales, en tanto el Estado impulsaba las bandas de viento municipales formadas, casi siempre, por hombres. Hubo músicos vinculados con la Iglesia, como don Alberto Albarrán, quienes instruyeron a las mujeres de su localidad para cantar en el coro, y tocar guitarras, mandolinas y violines para acompañar el servicio religioso; sin embargo, en el caso de las mujeres pertenecientes a los linajes musicales, es muy probable que su aprendizaje iniciara al lado de sus hermanos, pues los contados casos que han llegado hasta nosotros son de mujeres que pertenecen a familias de músicos de la región.
Aunque sabemos que hubo algunas mujeres que se dedicaron “profesionalmente” al arte de Euterpe, como doña Enedina y doña Vicenta Pineda de Las Anonas, en el municipio de Pungarabato, en las actas del Registro Civil no se anota su ocupación musical, donde de manera estereotipada se registra: “con la profesión de su sexo”, “labores domésticas” o peor aún, “sin ocupación” o “sin profesión”; lamentablemente los prejuicios masculinos sobre las labores femeninas acallan sus voces; sin embargo, los ejemplos que enunciaremos servirán para mostrar que la práctica artística de las mujeres en la Tierra Caliente incluyó la ejecución musical, además del baile y de la lírica, como en su momento hablaremos.
Don Zacarías Salmerón atribuye a Filiberto Salmerón la organización de una orquesta que incluía a varias mujeres, entre ellas estaba Herminia Segura Beltrán, violinista. María Herminia nació en Tlapehuala y fue bautizada a los 17 días, el 12 de mayo de 1905, como hija legítima de Pedro Segura y Melquiades Beltrán; fueron sus abuelos paternos: Silvestre Segura y Bonifacia Flores; en tanto los maternos Arcadio Beltrán y María Eutimia; sus padrinos fueron Albino Rojas y Arnulfa Hernández.
Doña Herminia se convirtió en madre muy joven, el 7 de marzo de 1925 en Tlapehuala bautizó a su hija María Guadalupe, que nació en Iguala el 6 de diciembre de 1924, como “hija natural”, la cual debió morir pequeña porque no aparece en el Censo Nacional un lustro después.
En 1930 la familia vivía en la calle de Guerrero donde también residían varios miembros de la familia Salmerón, y curiosamente, compartían el oficio de pirotécnicos. En la casa número 13, encabezada por don Pedro Segura de 52 años, pirotécnico, casado por las dos leyes con Melquiades Beltrán, de 44 años, también residían sus hijas Herminia Segura, soltera de 23 años, en ése momento trabajando como empleada, Consuelo, soltera de 18 años, también empleada, Flavia de 15 soltera, empleada, la adolescente Guadalupe de 12años, todas sabían leer y escribir, y el único varón, Pedro junior de 4 años.
No hemos encontrado el acta de matrimonio de doña Herminia Segura con Claro Molina; sin embargo, al comparecer el 16 de abril de 1943 en Tlapehuala ante el juez del Registro Civil para presentar a María Hortensia Molina, su hija habida con Herminia López la declara como “legítima”, es decir, que habían contraído matrimonio civil. La niña nació el 9 de marzo de 1943, en la tercera manzana calle cerrada de Guadalupe; su padre Claro Molina, dijo 25 años cuando en realidad tenía apenas 18 años, ser jornalero, mexicano, de Tlapehuala, y su esposa Herminia Segura, aseguró tener 28 años de edad pero tenía 38, “sin profesión”, mexicana, de Tlapehuala. Los abuelos paternos fueron Pedro Molina de Tlapehuala y Albina Gerónima Urbina López, ya finada; los maternos: Pedro F. Segura, finado, y María Melquiades Beltrán, que vivía en Tlapehuala. Interesantes son los testigos: Taide Rojas, 25 años, artesano, y Eufrocino Salmerón, 40 años, artesano, ambos de Tlapehuala. La familia Rojas aportará dos mujeres músicos a la orquesta, y serán amigas y hasta comadres entre ellas. La niña fue bautizada en Pungarabato el 17 de abril de 1943 y fueron sus padrinos Salvador Flores y Paula Juan, quien tocaba el clarinete en la orquesta.
El joven esposo de doña Herminia llevó a registrar el 13 de agosto de 1944 a su hija Hilda María Molina Segura, que nació el día anterior en Tlapehuala. Claro dice ser obrero, de 25 años, pero había nacido el 11 de agosto de 1922, por lo que tenía 22 años; su esposa dijo tener 31 años y ser “doméstica”, pero tenía 39. La niña fue bautizada en la iglesia parroquial de San Juan Bautista Pungarabato el 20 de agosto de 1944, y fueron sus padrinos Víctor Manuel Pérez y Ester Pineda.
La familia estuvo de luto el 21 de abril de 1945, cuando a los 2 años, la pequeña Hortencia murió sin asistencia médica por un piquete de alacrán, según declaró su tío Pedro Molina, de 40 años, agricultor, casado, oriundo de Tlapehuala.
Por el momento no hay más documentos que den cuenta de la vida de esta mujer artista, no sabemos aún cuando murió y si su linaje musical persiste.

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