sábado, 21 de agosto de 2021

El Conjunto de Cutzato, Uruapan.


 En los años 20 del siglo XX el primer conjunto de arpa reconocido estuvo conformado por:

Florentino Mendoza, senior, violín. 65 años 

Florentino Mendoza, junior, arpa. 40 años.

José Hernández, guitarrero. No sabemos su edad, y me queda la duda de si sería pariente del famoso Vicente Hernández, de los ranchos de Churumuco.

Delfino Villalobos, tamboreador. No sabemos su edad, pero es interesante que sea parte del conjunto, somo sucede en la Antigua Parroquia de Sinahua.

El conjunto de Cutzato tocó en la inauguración del Teatro Campesino en Paracho, registrado por Rubén M. Campos, incluso el arpero hizo algunos números como solista.  Los músicos que asistieron quedaron impresionados gratamente.

El maestro de Misiones Culturales, Francisco Domínguez transcribió algunos de esos sones al piano, los cuales fueron publicados en tres volúmenes de la música de Michoacán; el último como "Álbum Musical de Michoacán" en 1941 con apoyo de Cárdenas.


 La familia Mendoza aparece en el rancho de Cutzato hasta la actualidad; cuando menos los abuelos: Francisco Mendoza y Benito Mendoza, eran oriundos y vecinos del rancho. Al guitarrero y tamboreador no los hemos encontrado en el CENSO de 1930, tal vez estén en ranchos vecinos como: El Vergel y Arandín. Cutzato tuvo escuela de primeras letras, por eso, cosa rara, don Florentino y su hijo saben leer y escribir. Habrá que ver si este rancho, formado como ejido, trajo a población de la Tierra Caliente, cuyas tierras van repartirse para conformar ejidos hasta los años 50, ésa puede ser la razón de que fueran de una tradición de la Tierra Caliente Central, más que de la occidental.

Me queda la duda de si este conjunto fotografiado en 1925, para el "Magazine Nacional de Geografía", es el conjunto de Cutzato (hasta no encontrar el número lo sabremos; pero claro, aquí el arpero no es un joven, sino una persona de unos 60 años (que sería la edad de don Florentino Senior); los violinistas son jóvenes y tiene un parecido con el arpero, podría tratarse de Florentino Junior); sin embargo, sólo son suposiciones a las que hay que darle cierta certeza documental...

jueves, 5 de agosto de 2021

Bailar para el turismo....

Cualquier sábado en la tarde, en la plaza principal, en algún restaurante u hotel de Pátzcuaro se aglomera la gente ante un trío de violín, vihuela y bajo que acompaña a cinco o seis jóvenes que bailan y fingen ser unos ancianos. Los danzantes portan una máscara que cubre su rostro, visten ropa de manta bordada, un sarape de colores fluorescentes, un bastón y un sombrero adornado con listones de colores que cuelgan radialmente del ala. Los turistas toman fotos o los graban en video, se llevan de "recuerdo" una imagen "típica" de Michoacán. Al terminar la danza arrojan unas monedas al sombrero de los bailadores que pasan a pedir una "cooperación". El municipio, que persigue a vendedores ambulantes y otros artistas callejeros, tolera la "Danza de los viejitos", como parte de la ambientación de la ciudad, algo moderno con "pátina de antiguo", como la pintura blanca y rojo óxido de las casas, o las sillas de herraje y tule de los cafés y restaurantes de los portales. Algunos espectadores están seguros de ser partícipes de un rito antiguo, pero no es así. Al acercarnos a algún músico podemos obtener una tarjeta y conocer un poco de la danza, de sus creadores y preservadores. Entonces también podemos preguntarnos: ¿Cómo es que una danza creada en los años sesenta en la isla de Jarácuaro se convirtió rápidamente en representativa de Michoacán y su folclor, en un verdadero ícono de "lo mexicano"... 
              La foto pertenece al fondo III del Archivo Particular Jorge Amós Martínez Ayala (jajaj siempre quise poner esto)...cite la fuente.

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Una breve historia de la música en Ajuchitlán

Mi homenaje al Centenario Conjunto Regional Ajuchitlán es éste pequeño escrito que, espero, sea el adelanto de algo mayor, que permita recuperar el papel del grupo sobre las familias e individuos, como lo ha estado realizando esta institución de las artes tradicionales de la Tierra Caliente. Les comparto un borrador, con el ánimo de que algún día podamos tener un impreso mejor, con sus citas correctamente al pie, con varias referencias y que construya una idea distinta de la vida artística alejada de las "estrellas" que opacan a otras figuras tan relevantes como las presentadas en primer plano.

Descárguelo en:


https://drive.google.com/file/d/1mko6xH-IXY0LeE2Z3XCtSmBicQO1Z2sA/view?fbclid=IwAR3gCadZHws2AwTVB-g0OCZgN4lR1TKKepgHzu7kVjxXVqh2xBSUSoABepw










El jarabe y el pan

El jarabe y el pan son parte de una metáfora sexual; las “piezas” musicales, referentes al pan, prohibidas por la Inquisición en el siglo XVIII se conocían como: el Pan de Jarabe, El Pan de Manteca, Los Chimizclanes y Los Panaderos, que durante el XVII Campamento de Verano: ¡Música para Guachit@s! Martín Herrera, Chavolin Herrera, tocó y cantó con versos y "castigos" que nos hicieron reír durante una hora...

¡Ay, Cocol! ¿Ya no te acuerdas
cuando eras chimizclán?
Ya porque tienes tu ajonjolí
ya no te quieres acordar de mí.
En la lírica de tales sones se hace un símil entre la acción de “trabajar”, con “bailar”, y entre el trabajo del panadero con la masa, el “amasar”, con el acto sexual, o cuando menos con “sobar”, “apretar”, “palmear” y “acariciar”, operaciones que se realizan sobre la mesa de amasar. Por ello, no es raro que durante las bodas de la Tierra Caliente del Balsas medio y entre los jñatjo del Oriente de Michoacán, se bailen Las Monas, cargando unas piezas de pan que representan a hombres y mujeres, con el sexo evidentemente expuesto. En otros lugares del Occidente de México, como entre p'urhépechas y mazahuas, el baile de Los Panes con o sin forma humana, termina ofreciendo cuernos, roscas, rosquetes y coronas, como metáforas sexuales menos evidentes que relacionan la acción de “comer”, con “coger”, que también trasciende en frases como: ¡Está para comersel@!.
Incluso entre las coplas que todavía se usan en los jarabes de los Balcones de Turicato, hay uno que hemos escuchado a don Vicente Murillo, violinista que se acerca a los 90 años, oriundo de El Capote y miembro de una familia que tiene cuando menos 150 años en la música. La melodía es llamada “La Feria”, en la compilación que realizó don Francisco Sánchez Flores y entregó a Josefina Lavalle para su libro.
Si quieres vámonos
si quieres vámonos
Si quieres vámonos, te llevaré
y a ver aque,
y a ver aque
y a ver aquella
qui'ace tan sabroso pan/ que está por allá.
Si unimos las referencias a laa “bonitaa panaderas que se saben festejar”, o que “saben trabajar” y “aquella que hace tan sabroso pan”, presentes en la lírica tradicional mexicana, desde el siglo XVIII hasta el presente, nos percatamos que el vínculo entre pan y sexo es una metáfora presente desde hace mucho tiempo, como se ha mostrado con anterioridad entre los cítricos, “naranjas y limas, limas y limones”, y la sexualidad.
Este vínculo entre el jarabe y la procreación, mediada por la sexualidad, presente en sus movimientos y lírica, fue la razón para que estuviera presente en las bodas, como una metáfora que alentara la multiplicación dentro de la familia. Así, el “Creced y multiplicaos”, alentado por el Estado y la Iglesia en la Nueva España devastada por las epidemias, entró en la lógica de las diversas culturas locales del occidente novohispano con un rito de fertilidad que consiste en bailar “con panes”, alimento y metáfora sexual, sin que hubiera contradicción para los portadores y si para los censores.

El Palomo

El Palomo es un género lírico y musical que se usaba como baile de juego y como salida en los jarabes de Los Balcones de Tierra Caliente. Es un baile que requiere destreza, habilidad y fuerza para mantener los tres movimientos usuales brincar sobre un pie, levantar la rodilla y palmear por debajo del muslo, alternando los pies al compás de la música; tomarse con una mano frente a frente, la pareja de bailadores, unir sus pies contrarios a los de la mano que se toman y saltar balanceando los pies unidos, con las rodillas levantadas, un par de compases, dar un acento sobre el suelo con los dos pies, cambiar de mano y de pie contrario, levantado y unido con el de la pareja; el otro movimiento es semejante, pero usando las dos manos, en el momento del acento, se marca con los dos pies sobre la tierra y la pareja cambia de pie levantado y unido con su pareja.

Aunque parezca una invención folclórica, la manera de bailarlo que se enseñó tiene sus referentes, doña Josefina Ibarra Saucedo, hija de don Miguel Ibarra, abuelo de Serafín Ibarra y de Pedro Gómez Ibarra, de San Diego Curucupatzeo; así como de la familia Santoyo Díaz, provenientes de Acuitzio y asentados en Tacámbaro.
El Palomo tiene coplas cuya temática es satírica; suelen representar a los seres humanos mediante la metáfora de las palomas, cuyas tonalidades van del blanco al negro, pasando por un sin fin de colores; así que hay palomas blancas, negras, habaneras, moradas, azules, como hubo personas que fueron clasificadas como blancas, prietas, mulatas y negras en el pasado colonial. Estas parejas “desiguales”, en su color de piel, se van a presentar ante el cura, pues se quieren casar, para ello el sacerdote levantaba la Información matrimonial, para averiguar con testigos no familiares de los novios si tenían un parentesco consanguíneo o litúrgico (si eran hijos de compadres, ahijados o compadres ellos mismos), lo cual ocasionaba impedimento canónico que usualmente podía tener “dispensa” si se llevaba un juicio y se pagaba algunos costos.
En las coplas los palomos “salieron primos hermanos, no se pudieron casar”, situación “risible”, pero que hace eco de una práctica común entre los rancheros de las Laderas del Tancítaro y los Balcones de la Tierra Caliente, el matrimonio entre primos cruzados que permite reunir el patrimonio disperso por herencia, mediante el matrimonio, así la tierra, la heredad, se mantiene entre la familia extensa. Esta práctica social del matrimonio entre primos segundos aparece descrita en coplas de otros géneros de la música y la lírica terracalenteña.
Aunque ahora El Palomo ha perdido muchos de sus referentes lúdicos, en realidad se han vuelto desconocidos para nosotros, todavía podemos entender algunos tópicos importantes para las sociedades rancheras del pasado, como los matrimonios entre “desiguales” étnicamente, los matrimonios entre primos y la importancia de la tierra como patrimonio y heredad. Por eso, aunque ya me voy a despedir....no se olviden de El Palomo, que es el que nos hace reír...

Los cantores de San Pedro Ixtapan Copuyo

 San Pedro Ixtapan Copuyo fue pueblo viejo, próximo a las minas de Chapatuato. En los primeros años los pueblos tenían a sus "cantores", que hacían el canto llano, además de su capilla de música, que tocaba chirimías y bajones para acompañar a las voces que cantaban polifonía. En esos pueblos se hacían los servicios religiosos sin la estricta supervisión de un cura, pues al principio pertenecieron a la lejana parroquia de Taximaroa y al no tan próximo Corregimiento de Charo, del Marquesado del Valle.

Esta es la razón por la cual todavía podemos escuchar en algunas ocasiones a los cantores en velorios y funciones religiosas cantado alabanzas a cuatro voces. Una voz grave es la primera, haciéndole una segunda, una tercera arriba va la Segunda, por arriba de esta va la Contrialta y en una voz muy alta, propia para una mujer, pero que usualmente hace un hombre, la Requinta...
El Alabancero que usan es el publicado en el Santuario de Atotonilco, que como sitio de peregrinación, reúne a muchos viandantes del occidente de México, por lo que sus entonaciones, no dudamos que son compartidas con otros lugares.
A la derecha, don Noé Martínez Medrano, violinista, don Onésimo Medrano, y don Luis Felipe Medrano, cantores.

El Gusto....por el yantar y el escuchar...

En los ranchos del occidente de México hay una costumbre que viene de las sierras del sur de España y es la "matanza del cerdo". Muerto públicamente para evitar las sospechas de pertenecer a casta de moros o judíos y dárselas de "cristianos viejos"; aunque a veces eran los "marranos" los que la practicaban. En estas tierras de Michoacán, donde el cerdo es una industria que no ha cesado de crecer desde el periodo colonial, donde se establecieron las primeras piaras al sur de la laguna de Chapala, es un cerdo, raras veces un chivo, o una vaca, salvo en las celebraciones grandes, el centro de una fiesta familiar con o sin motivo. Se mata la cerdo, se limpia, se recolecta la sangre para la zóricua (moronga le dicen en otros lugares), y mientras se destaza, con la manteca se van cociendo los pilinques (llamados cueritos, en otros sitios). Entre cerveza y mezcal, para cortar la grasa, se preparan los pedazos pequeños la maciza, salvo las patas y la cabeza, que se dejan para el pozole del otro día... Se levantan los instrumentos colgados en clavos en alguna pared y comienza la fiesta, fandango, baile de tabla, bailecito, fandanguito, combate, cuelga,... es le momento de "gustar", categoría estética que se refiere a la música y el baile, a mirar al género opuesto, y claro, a comer. El gusto, como categoría estética, se refiere a todo lo "bello", deseable, ansiado, que impregna nuestros sentidos, oídos, paladar, olfato, piel...
Ese gusto que yo traigo, lo traigo pero no es mío...
A la derecha, destazando y cortando, más abajo, cuidando las carnitas, dos generaciones de violinistas....puntas de una tradición que tiene más de 500 años, aunque sólo medio milenio en estas sierras del occidente de México, de los Balcones de Tierra Caliente...

Chronica del XVII Campamento de Verano: ¡Música para rapazas y rapaces!

 Se cumplieron XVII años de Campamento de Verano: ¡Música para guachit@s! Para mí se cerró un ciclo de manera definitiva, pues tuvimos a 4 generaciones de personas involucradas en el proyecto, unos presentes otros ausentes (por diversos motivos), no pudo estar Gustavo García Robles, "Gus", ni Pedro Gómez, pero pusieron sus recursos para que esto continuara. Danya Basaldúa llegó con sus aportes en especie y se regresó a Morelia, luego de unos frijoles con buebito, y de que un cajero electrónico se comió su tarjeta. El Dr. Dávalos organizó un evento y citó a sus amigos con recursos para otro día ¿? Llegó Gabriel Rico, Luis Ochoa, Fulanito Bahena y Josefina López. Gil Asínomás con sus cámaras, durmió en un sillón. Regresó Alejandra Espinoza, con Santiago el menor.

La siguiente generación tuvo ahora sí en sus hombros una responsabilidad casi completa, manejaron 4 horas para llevar a los guach@s, levantaron campamento, chaponearon, barrieron, organizaron el tiradero, llenaro de agua pilas y tinacos, llevaron sus aportes económicos, fueron por la despensa, ayudaron con la carnita, estuvieron dando cursos, llevaron a los guaches al río, cargaron instrumentos y sillas, plantaron la tabla, adornaron la enramada, tocaron para animar el fandango, lavaron platos, fueron por las chelas, los chiles, y otras menudencias a la tienda del pueblo, navegaron con el chaparrón que nos tiró una barda y se durmieron con 38 grados en una tienda de campaña mojada... Organizaron una "comisión", aunque les tocó casi siempre ser la "comisión"... y aunque colorados (por la quemada del sol), llenos de piquetes de moscos y gorupos, vieron que si la "investigación" no se "aplica" no sirve para mucho... Hacer investigando e investigar para hacer.
Los de la tercera generación, los "exguachit@s", ahora ayudaron a "enseñar", ya varios van a la universidad, otros entrarán a la prepa, y les propusimos convertirse en el futuro en mediadores y facilitadores; veremos cómo sale esta situación... Veo mucho potencial. El buen Ray LJ que nos regaló unos paquetes de galletas, aportó con su trabajo y terminó con ampollas en todas las manos.
El buen Yael MV, "normal", tuvo a los de guitarra, Ray LJ dos en el tololoche, Chavolin Herrera nos regaló unas ricas roscas y se encargo de los y las violinistas, David Duran explicó en la caminata como la tabla tiene que se tocada por una pareja que hace distintos patrones rítmicos, Elizabeth Avendaño "Saya" logró que se compusieran Palomos. Ignacio Maldonado Cerano y Ulises Salazar Rosales se quedaron con unas charlas que iban a dar a los profes del IIDIMAC, que bueno que no fueron, pues ya sabemos que no se puede confiar en ellos jajja.
Desde Guadalajara llegó el 50% de Los de Occidente, el Yeye Capi, que se fue con una guitarra rota y algún conocimiento, para envidia del buen Gilberto Enciso, a quien seguiremos invitando. Cerissa Hoceguera llegó a pensar con nosotros la intervención educativa desde una perspectiva cualitativa, aunque sus profes le exigen la gráfica y las tablas, espero que podamos ampliar ese diálogo; luego se cantó unos panaderos de una hora...
La cuarta generación va iniciando pero ya veo muchas promesas, Emanuel, al violín, y al nieto de don Noé (Briant?) tocando Las Mañanitas en la madrugada, mientras estaba el baile de tabla. Claro, la mesa de "futbolito" causó sensación y algunos prefirieron jugar partidos de 7 bolas a hacer ejercicios "aburridos". Mi hija "Conchita", además de ganarle a los niños en el futbolito, hizo una copla para recibir al Conjunto Regional Ajuchitlán, bailó en la tabla con Santiago, y dramatizó cuanto pudo.
Don Onésimo Medrano, y su hermano Luis Felipe, cantores, nos enseñaron un par de alabanzas, pero no se pudo hacer la voz requinta, quedó como compromiso lograrlo en el futuro, pues las artes tradicionales no sólo son "festivas", también son "rituales".
Nuestro maestro, don Noé Martínez, y su hijo Elpidio, de nuevo se la rifaron, mataron al puerco, lo destazaron, lo hicieron carnitas; él tocó para los campistas y estuvo acompañando a los invitados del Conjunto Regional Ajuchitlán.
El homenaje en la Casa de la Cultura Tzitzio resultó como esperaba, solo dos o tres participantes locales y la mayoría de personas del Campamento y distinguidos visitantes que formaron una larga fila para subirse a bailar en la tabla. El Victor Pedraza tocó con el Gusto por el Son, y se quedó al fandango, para mi sorpresa. Luego Alejandra Espinoza me hizo ver que, cuando don Félix bailó, todos los que estabamos abajo, debimos bailar como él y aprender qué se hace cuando no alcanzas tabla...pero bueno, seguimos aprendiendo, y ésa será la actividad del siguiente año, el baile de piso.
L@s participantes escribieron sus coplas para recibir al Conjunto Regional Ajuchitlán, y pude ver su sorpresa cuando a cada uno le compusieron sus coplas en un jarabe tocado por Los Arrieros del Son, que suenan "con madres" y beben como cosacos en el desierto.
Los reconocimientos fueron un grabado de Cristian Dorian Días Reyes, con la imagen del Conjunto Regional Ajuchitlán, en 20 impresiones. El número 1 se entregó al Conjunto Regional Ajuchitlán (a través de su representante, el Dr. Galileo Cambron Figueroa), el 2 fue para el tamborero J. Félix Feliciano, el 3 se lo quedó David Durán, y luego se entregó a los particpantes, colaboradores y soportes: Gilberto Pérez (asínomás) de Son Michoacán, Héctor "Fulanito" Bahena y Josefina López, Alejandra Espinoza, Abraham Flores, a Andrés Rubio Zavala a nombre de El Dichoso Lugar; también para los grupos que asistieron: Los Arrieros del Son, Cielo Tixtleco, Gusto por el Son, Son de Balcones. Hubo uno muy especial para doña Betty Sayagua, conocida como "la mamá de Saya", que es una mujer incansable y un apoyo importante para que esto funcione año con año. Hay algunos reconocimientos más por entregar....pero como los otros, son "sorpresas"...
Las cocineras se la rifaron, a pesar de que fueron solo 2 y el trabajo fue mucho, pues llegaron amigos "no esperados", de esos que invitas invitas y cuando no los invitas te caen, pero se agradece que fueron a conocer el trabajo: Gerardo Guardado y Nayely Claudia, su esposa, de Los Pitayeros, Pamela Saldoval y Esveidi Esbetesbara. Diana Figueroa, Juan Charrasqueado Rulfo, y el Estivie, que llegó cerveza en mano y se fue idem. Irepan Mejia "La metralleta de la tarima" que desclavó la nuestra; Itzi Talavera y Dinorah ayudaron a bailar en la tabla. Juan Patadegato fue a terminar un video sobre la formación de niñas, niños y jóvenes en las artes tradicionales. Isaac Isaaco se la rifó trabajando como no suelen hacerlo los invitados, cargando garrafones con agua, subiendo agua del río a la camioneta y de ahí a las pilas, siempre callado. La Dra. Cloe se saló unas juntas en la AGDA y nos acompañó, junto con Juan, que si pudo bailarse un son, y no sacó su nota.
Ahora que había mucha comida, la mayoría no se quedaron al pozole del domingo, en que, entre música de Cielo Tixtleco, se brindó con aguardiente de Huajintepec, Guerrero, cortesía de Fulanito Bahena, se entregaron los reconocimientos y hubo mucho llanto y emoción, cuando se dieron los brindis y los discursos; con voz quebrada varios chillamos por lo que hemos visto a lo largo del tiempo y cómo se fortalecen los procesos, se afianzan las genealogías del son, y se compromenten a continuar con el apoyo; así lo hizo Ulises Salazar, al entregar el reconocimiento a Leslie Gutiérrez, la violinista de Son de Balcones, pidiéndole que así como ellos aprendieron, ahora enseñen, y yo tengo fe en que así será, ahora que estará en una licenciatura encausada a la docencia, donde también estará Oliver, quien es muy elocuente...y además de "mamado" tiene mucha mente...en cuerpo sano.
El baile de tabla se desarrolló como debería y en el fandango tuvo de todo, amoríos fugaces, chismorreos, planes "a lo grande", números rojos (nunca son negros), maledicencia y cuchicheos, abrazos y reconocimientos, mezcales, 20 litros de un aguamiel que se volvió pulque, petate quemado, baños tapados, papeles sobre papeles, los que toman sin poner nunca.... pero ¿Qué podemos hacer con la gente que solo tiene "gusto", pero no "destino"?...
Ya pensamos en el siguiente año... ¿Los Mensajeros del Sur o Los Tíos de Villa Purificación? ¿Por cuál vota y cómo ayuda a qué se materialice la mayoría de edad de la Campamenta? ... por lo pronto, genealogías/familias del son...descansen un poco, que viene lo bueno...