El Palomo es un género lírico y musical que se usaba como baile de juego y como salida en los jarabes de Los Balcones de Tierra Caliente. Es un baile que requiere destreza, habilidad y fuerza para mantener los tres movimientos usuales brincar sobre un pie, levantar la rodilla y palmear por debajo del muslo, alternando los pies al compás de la música; tomarse con una mano frente a frente, la pareja de bailadores, unir sus pies contrarios a los de la mano que se toman y saltar balanceando los pies unidos, con las rodillas levantadas, un par de compases, dar un acento sobre el suelo con los dos pies, cambiar de mano y de pie contrario, levantado y unido con el de la pareja; el otro movimiento es semejante, pero usando las dos manos, en el momento del acento, se marca con los dos pies sobre la tierra y la pareja cambia de pie levantado y unido con su pareja.
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jueves, 5 de agosto de 2021
El Palomo
Aunque parezca una invención folclórica, la manera de bailarlo que se enseñó tiene sus referentes, doña Josefina Ibarra Saucedo, hija de don Miguel Ibarra, abuelo de Serafín Ibarra y de Pedro Gómez Ibarra, de San Diego Curucupatzeo; así como de la familia Santoyo Díaz, provenientes de Acuitzio y asentados en Tacámbaro.
El Palomo tiene coplas cuya temática es satírica; suelen representar a los seres humanos mediante la metáfora de las palomas, cuyas tonalidades van del blanco al negro, pasando por un sin fin de colores; así que hay palomas blancas, negras, habaneras, moradas, azules, como hubo personas que fueron clasificadas como blancas, prietas, mulatas y negras en el pasado colonial. Estas parejas “desiguales”, en su color de piel, se van a presentar ante el cura, pues se quieren casar, para ello el sacerdote levantaba la Información matrimonial, para averiguar con testigos no familiares de los novios si tenían un parentesco consanguíneo o litúrgico (si eran hijos de compadres, ahijados o compadres ellos mismos), lo cual ocasionaba impedimento canónico que usualmente podía tener “dispensa” si se llevaba un juicio y se pagaba algunos costos.
En las coplas los palomos “salieron primos hermanos, no se pudieron casar”, situación “risible”, pero que hace eco de una práctica común entre los rancheros de las Laderas del Tancítaro y los Balcones de la Tierra Caliente, el matrimonio entre primos cruzados que permite reunir el patrimonio disperso por herencia, mediante el matrimonio, así la tierra, la heredad, se mantiene entre la familia extensa. Esta práctica social del matrimonio entre primos segundos aparece descrita en coplas de otros géneros de la música y la lírica terracalenteña.
Aunque ahora El Palomo ha perdido muchos de sus referentes lúdicos, en realidad se han vuelto desconocidos para nosotros, todavía podemos entender algunos tópicos importantes para las sociedades rancheras del pasado, como los matrimonios entre “desiguales” étnicamente, los matrimonios entre primos y la importancia de la tierra como patrimonio y heredad. Por eso, aunque ya me voy a despedir....no se olviden de El Palomo, que es el que nos hace reír...
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