San Pedro Ixtapan Copuyo fue pueblo viejo, próximo a las minas de Chapatuato. En los primeros años los pueblos tenían a sus "cantores", que hacían el canto llano, además de su capilla de música, que tocaba chirimías y bajones para acompañar a las voces que cantaban polifonía. En esos pueblos se hacían los servicios religiosos sin la estricta supervisión de un cura, pues al principio pertenecieron a la lejana parroquia de Taximaroa y al no tan próximo Corregimiento de Charo, del Marquesado del Valle.
Esta es la razón por la cual todavía podemos escuchar en algunas ocasiones a los cantores en velorios y funciones religiosas cantado alabanzas a cuatro voces. Una voz grave es la primera, haciéndole una segunda, una tercera arriba va la Segunda, por arriba de esta va la Contrialta y en una voz muy alta, propia para una mujer, pero que usualmente hace un hombre, la Requinta...
El Alabancero que usan es el publicado en el Santuario de Atotonilco, que como sitio de peregrinación, reúne a muchos viandantes del occidente de México, por lo que sus entonaciones, no dudamos que son compartidas con otros lugares.
A la derecha, don Noé Martínez Medrano, violinista, don Onésimo Medrano, y don Luis Felipe Medrano, cantores.
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