¡Pongan atención señores! Venimos a cantar una historia a la que no
se le alcanza el tono muy fácil, faltan muchas notas y hay que
improvisar; sin embargo, no lo vamos a hacer en falso sino con buenas
razones. Difícil es trovar de corrido cuando el son que nos toca es muy atravesado, a veces lo vamos tocar bajeado aunque debe ser redoblando los cueros y arrastrando las tripas.
Se trata de poner en contrapunto al baile y la música del Balsas de
Michoacán que se realiza en los fandangos, pasando por los posibles
orígenes africanos varias prácticas que forman parte de ambos aspectos
de la cultura regional.
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