La familia Mendoza, del rancho de Cutzato, en el municipio de Uruapan, fue un linaje de músicos de arpa grande, que formaron un conjunto. La familia la formaron don Florentino Mendoza Fernández y Feliciana Mendoza Estrada. Trabajadores del campo por paga, “jornaleros”, que circulaban por las cañada del río Marqués y del Parácuaro; desde la zona alta, en los ranchos del la Tenencia de Jucutacato, hasta las haciendas de Tierra Caliente, Los Bancos, en Parácuaro, Lombardía y Nueva Italia, en Múgica.
El 16 de marzo de 1895 falleció de gripe María Mendoza, de tres años. Era hija de don Florentina y Feliciana, el de 24 y ella de 27 años de edad. La niña había nacido en Parácuaro, y fue enterrada en el panteón de Jucutacato, según los testigos Ángel y Delfino Estrada, mayores de edad, casados, y jornaleros.
La pareja tuvo al niño Florentino el 12 de marzo de 1890, en Cútzato, y fue registrado en la ciudad de Uruapan el 28 de octubre de 1900. El niño era nieto por línea paterna de Francisco Mendoza, vivo entonces, y de María Dolores Fernández, finada; por la materna de Benito Mendoza y de Margarita Estrada, ambos finados.
El jóven Florentino, junior, se unió a Teresa Valladares, y tuvieron varios hijos. El 19 de agosto de 1907, Florentino Mendoza presentó a su hijo Rubén.
La pareja se casó el 8 de febrero de 1918, en la casa número 10 de la segunda calle de La Trinidad; el tenía 27 años y ella 18. Fueron testigos Ezequiel Gómez, Isidro Alfaro y Florentino Mendoza, todos mayores de edad, casados el primero y el último, y soltero el segundo, comerciante el primero y jornaleros los demás, de este domicilio, sin parentezco los dos primeros con los contrayentes y padre del pretendiente este último. Firmaron los novios, que sabían leer y escribir.
En 1924 se realizó la “Fiesta de la Canción y la Danza” en Paracho, organizada por Carlos González, pintor, y Francisco Domínguez, músico, y los profesores de la Misión Cultural. Don Florentino senior tocaba el violín y el arpa grande. Su hijo Florentino Mendoza, junior, también lo hacía; pero afortunadamente fue registrada su ejecución del arpa grande solista por el maestro Francisco Domínguez, cuya transcripción para piano quedó en el Album musical de Michoacán (1941).
El 25 de abril de 1928 bautizaron a Roberto, en la iglesia parroquial de Uruapan, perteneciente al obispado de Zamora, apadrinado por Antonio Armas y Luz García.
En 1930 residían en el rancho de Cutzato, del municipio de Uruapan, don Florentino Mendoza, senior, jefe de familia, de 65 años, que sabe leer y escribir, su esposa doña Feliciana Mendoza de Mendoza, 40 años, casados por la Iglesia. En la casa estaban su hija Cleofas Mendoza, 28 años, soltera; Modesta Solis, casada, 60 años; Justina Hernández, soltera de 46 años; Maximiliano Hernández, viudo de 23 años.
Ese año de 1930, su hijo Florentino vivía en la calle de Manuel Ocaranza Ocaranza, número 45, de la ciudad de Uruapan: tenía 40 años, casado por las dos leyes con Teresa Valladares de 28 años, su hija Angus Mendoza, de 12 años, Abigay (sic.) niña de 10 años, Ruben Mendoza, de 8 años, escolares, y los pequeños Francisco Mendoza de 6 años, y Roberto Mendoza de 4 años.
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