La historia se aproxima al conocimiento de los procesos sociales del pasado, incluidos los artísticos; pero la historia de la danza tiene problemáticas distintas al de otras artes por su caracter efímero. Aunque la danza se representa en descripciones de texto o en la iconología (estatuaria, pintura, grabado, fotografía) es hasta la llegada del registro de las imágenes en movimiento (cine y video) que tenemos la posibilidad de un registro visual completo. Diversas técnicas de registro se han ideado para fijar en papel el movimiento, desde la "Orchésographie" de Thoinot Arbeau, la codificación de fines del XVII de Pierre Beauchamp, o en el siglo XVIII la de Pierre Rameau, en "El maestro de baile", hasta la notación Laban. Se puede apreciar que el interés del registro es para la danza escénica y no para las danzas populares, llamadas "bailes", por lo que es un reto historiar las formas dancísticas creadas por los sectores menos favorecidos.
Si además salimos de Europa la cuestión se complica, pues en general las manifestaciones artísticas populares eran vistas con desdén y hasta rechazo por los sectores "cultos", asociados con las élites, pero las expresiones bailables de los pueblos dominados en los territorios conquistados (en África, América o Asia) eran ignoradas, salvo los momentos en que se les atribuye, desde la óptica de los grupos dominantes, un carácter transgresor y potencialmente revolucionario.
Así que los registros, siempre mínimos, de los bailes populares, están atravezados por la ideología y las representaciones imaginarias de la élite, o los "intelectuales orgánicos", quienes generalmente usan estas descripciones con fines políticos para gustificar la sujeción, la dominación e incluso el exterminio al asociar las prácticas culturales (incluidas las artísticas y en ellas la danza) como "salvajes", "impropias", "aberrantes".
Si bien puede haber una breve descripción de las formas, la parafernalia o la intención, estas están "deformadas" ideológicamente por los fines políticos. La descricpción va siempre adosada con adjetivos calificativos denostativos, con metáforas desfavorables y adverbios de grado y cantidad que exageran los hechos (muy, poco, mucho, bastante, más, menos, algo, demasiado, casi, solo, solamente, tanto, todo, nada). Es necesario un análisis textual para evitar las palabras que "corrompen" la descripción, pero eso que suena fácil al decirlo, se ve complicado al realizarlo, pues la construcción se realizó entrelazando los sentidos y a veces es casi imposible hacerlo. Si bien en los textos realizados por conquistadores militares o espirituales, colononialistas e intelectuales colonizados, es evidente o detectable la intencionalidad política en la descripción de las prácticas culturales del otro, resulta menos claro en las imágenes, sobre todo en las representaciones de trazo "naturalista" donde hay una sensación de objetividad y el discurso ideológico político se oculta en elementos simbólicos.
Las danzas son codificaciones del movimiento, incluso las aparentemente mas "libres" tienen movimientos básicos y secuencias que "no dicen nada" a quienes desconocen los códigos que rigen las secuencias. Las posturas de las manos y los pies, los ángulos de las articulaciones, el eje de la cabeza y la columna, e incluso la expresión del gesto en el rostro (las cejas, la boca, los ojos) están codificados y regidos por valores asociados. Un observador externo puede esbozar la danza, pero sólo alguien que la conoce puede representarla con cierto grado de "fidelidad".
Al observar iconografías del pasado podemos ver representaciones de posturas, de ángulos de las articulaciones, gestos en los rostros, pero podemos estar seguros que no hay "fidelidad", no sólo porque no conocen los artistas los códigos del otro, sino porque no les interesa; solo pretenden dar la "sensación" al observador de que estando ahí, "éso verían". Las artes visuales aportan siempre fragmentos de una complejidad mayor que es la danza.
Si bien la historia de la danza a partir de las obras en sí es muy difícil no es imposible. La danza es un arte social y por tanto deja vestigios tras de sí de aspectos que insiden en el movimiento, aunque no lo describan, relaciones sociales y económicas que dan cuenta de su existencia en papeles dispersos desde los libros de cuentas de cofradías a las relaciones de festejos civiles y religiosos, breves descripciones en la literatura y la poesía, representaciones iconográficas, referencias en el acompañamiento musical, notas periodísticas, fotografías y más recientemente registros de imágenes en movimiento, memoria oral y corporal en bailarines y coreógrafos. Una diversidad de fuentes implica la necesidad del conocimiento de muchas metodologías de análisis. Una polifonia de análisis puede volver confusa la exposición, por ello el argumento debe ser sólido.
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Leyenda de los volcanes, Helguera |
Usualmente el análisis de indumentaria y parafernalia, de trazos coreográficos y secuencias de movimiento en aquellas manifestaciones que llegan hasta nuestros días son atractivos, y la base para las descripciones que hacen los folcloristas. El problema es que se presentan de manera ahistórica, imaginadas como inmóviles, y se proyectan al pasado, cuando son el producto actual de procesos que recibieron influencias diversas e incluso de invenciones contemporáneas con intenciones políticas.
Si pretendemos usar las fuentes etnográficas, es necesario entender que las danzas y bailes están en medio de procesos sociohistóricos cambiantes y que sus contextos de significación también son variantes. Cualquier afirmación que hagan nuestros dialogantes sobre su participación en la creación artística tiene que ser pensada de acuerdo a los contextos mayores en que viven sociales, económicos y políticos. No podemos tomar una referencia actual y proyectarla al pasado sin pensar en los contextos y sus sentidos actuales y cómo han cambiado con respecto al pasado.
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Danza de conquista Águila negra, Guadalajara (1936). |
La historia de la danza de Los Concheros tendrá que tomar en cuenta los cambios que ha sufrido si quiere aportar algo más que descripción y crónica, y dar cuenta de los por qué detras de esos cambios. No obstante lo anterior, la descripción detallada es importante, pues es lo que nos permite, a nosotros y a los que nos sucedan en este campo de investigación, la comparación y evidenciar el cambio.
La historia de la danza y el baile popular en México es un campo explorado hasta ahora superficialmente. A diferencia de las artesanías, las músicas y las literaturas populares, la danza y el baile han recibido poca atención de los especialistas; pues si bien hay muchas descripciones breves realizadas por folcloristas, periodistas y literatos los estudios monográficos serios apenas alcanzan algunas decenas de obras.
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