lunes, 18 de abril de 2022

Remigio Rentería

El 26 de diciembre de 1943, en Cutzamala de Pinzón, se dio un golpe en el cráneo el señor Remigio Rentería, en su trabajo como mecánico; 4 días después murió. Según el acta tenía 69 años, fue hijo de Antonio Rentería y Sabina Bravo. Aunque el documento dice que era “soltero”, estuvo casado un tiempo con Petra Urquiza, con quien contrajo matrimonio el 19 de febrero de 1907, cuando él tenía 20 años, entonces se dedicaba a la música. Ella fue originaria de El Rancho, municipio de Tlalchapa, tenía 18 años, era hija de José Inocente Urquiza y María Santos Aguirre, quienes vivía.
            El 29 de junio de 1925 nació su hijo Pedro, era su quinto vástago aunque uno murió; el cual lo tuvo como hijo “natural” con Ubillada Hernández, de 25 años, soltera y vecina de Cutzamala.
            En el Censo de 1930 aparece viviendo en la calle de La Cadena, de 40 años, ya como “mecánico,” en unión libre con Ubillada Hernández, también de 40 (aunque era 7 años menor), y sus hijos: Trinidad Rentería, hija de 15 años, Carmen, hija de 14, Ángela de 7, Pedro de 4 y Salomón de 21 días.
            Salomón fue registrado el 6 de junio de 1930, y dice que Remigio era “jornalero”, de 57 años, y Ubillada aparece de 39 años.
            Don Remigio Rentería, como sucede con los artistas populares, tenía varios trabajos que combinaba con la música, aunque varias veces aparece como “músico”, es decir, un ejecutante que no “lee” nota, como el filarmónico, se desempeñó en la mecánica, la que al final le trajo la muerte. A decir de los músicos, fue contemporáneo de Dolores Alonso y Juan Bartolo, pero no se dedicó tampoco de tiempo completo a la música. Hay un son que le caracterizaba, probablemente una composición propia que ahora conocemos como “Son de Rentería”.

Amando R. Borja

La vida de don Amando R. Borja muestra algunos tópicos interesantes para considerar en las genealogías de músicos de la Tierra Caliente. Fue hijo “natural” de José Amador Borja y doña Fidencia Real, por ello primero aparece el apellido de la madre, Real, seguido del paterno Borja; sin embargo, parece que intentó que se le asociara como parte del clan Borja, que fue de propietarios, empleados estatales y federales, y algunos políticos regionales, entre ellos un diputado federal.
        Los Borja eran oriundos de Coyuca de Catalán, pero también tenían residencia en Ajuchitlán. Don Amador Borja nació en Coyuca de Catalán el 2 de mayo de 1858, hijo de Desiderio Borja y María Jesús Salgado; murió el 29 de abril de 1916. En el acta dice que es “soltero”, labrador, es decir propietario y por eso vivía en la primera manzana de la ciudad, de 58 años de edad. Tuvo varios hijos, José María Ugarte, con María Visitación Ugarte, también de Tlalchapa, y Atilano Cervantes, con Clara Cervantes Tavira, de Coyuca.
            La estrategia de don Amando Real Borja cobró éxito al final de su vida, pues sus hijos usaron el apellido Borja como paterno.
           Además del prestigio, una razón para cambiar el apellido era su asociación con “la raza indígena” en la región, este proceso ya lo hemos caracterizado y fue común en varias familias de músicos a fines del siglo XIX. La familia materna, los Real, fue un linaje musical, que ya hemos reseñado, y probablemente de ahí le fue enseñado el oficio a don Amando. Era primo de María Enriqueta Cabrera Rentería, por el lado materno, así que también pudo estar emparentado con los Rentería, familia de músicos.
        Don Amando nació hacia 1894, la primera vez que aparece don Amando en los documentos de archivo fue el 21 de abril de 1912, en la iglesia de Tlalchapa, como padrino, junto con su hermana Leonor, de Baldomera, hija natural de Natividad Alejo, de El Chucumpun, un rancho en el cruce del camino hacia Cutzamala y Pungarabato.
        Don Amando tuvo dos familias, la primera formada con Eustolia o Dunstana Jaramillo, con quien se casó por la Iglesia, aunque no inmediatamente y procreó a varios hijos. La primera nació el 26 de enero de 1917, y se bautizó como María Belem, como “hija natural” de Dunstana Jaramillo; pero al Registro Civil la llevaría hasta el 4 de febrero de 1922, cuando tenía casi 5 años, y también quedó registrada como hija “natural”. El segundo hijo fue Alonso que nació el 12 de septiembre de 1918.
           La segunda familia la formó con María Delgado, con quien se casó el 11 de septiembre de 1929, cuando tenía 35 años; en el acta declaró ser “soltero”, agricultor, católico, “indígena puro”, no saber leer y escribir, e hijo natural de Fidenciana Real, para entonces ya muerta. Su esposa tenía 21 años, también era católica, indígena, y analfabeta, hija legítima de Ángel Delgado, ya difunto para el momento, y de María Cleofas Gandarilla, entonces viva.
            En 1930 el Censo Registró a la familia Borja viviendo en la Avenida Zaragoza, número 9. Amando Borja de 35 años, músico, María Delgado de 21 años, con su hijos e hijastros: Ciro Borja de 15 años, Leoncio Borja de 10 años, escolar, María Belem de 8 años, Mario Borja de 7 años, escolar, y el niño Esperanza Borja de 4 años.
        La familia continuó creciendo y el 2 de noviembre de 1937 registró a dos niños, uno llamado Reymundo Real, nacido el 15 de marzo de 1933, y el otro llamado Samuel, nacido el día 13 de agosto de 1936, ambos habidos con María Delgado, que declaró tener “25 años”. En las actas menciona a su padre como Amador Borja y a su madre como Fidencia Real, pero no los maternos.
            Su hija Belem Jaramillo Real, se casó en Tlalchapa, con sólo 16 años, el 11 de marzo de 1938, con Edmundo Figueroa, originario de Almoloya, municipio de Arcelia. La señorita era hija de Dunstana Jaramillo, entonces difunta y de Amando Borja, quien autorizó el matrimonio, por ser menor de edad. La señorita presentó por testigos a Ignacio Albarrán y Valente Real.
            En 1946, su hijo Mario R. Borja se casó, el 22 de mayo, con Clara Cervantes. Tenía 21 años y también era hijo de Dunstana Jaramillo.
            Don “Amando Borja Real”, como declaró su hijo, murió a los 93 años, era viudo, hijo de José Borja y Fidencia Real. Su fallecimiento se debió al “decaimiento físico”, el 12 de noviembre de 1983. El vástago que declaró fue Raymundo Borja Delgado, de 50 años, con domicilio conocido en Tlalchapa, Gro.